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The White House
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MENSAJE SEMANAL: Cómo ayudar a proteger a nuestros hijos con la reducción de la violencia con las armas

THE WHITE HOUSE
Oficina del Secretario de Prensa
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EMBARGADO HASTA LAS 6:00 AM ET, del SÁBADO, 23 de marzo, 2013
 

MENSAJE SEMANAL: Cómo ayudar a proteger a nuestros hijos con la reducción de la violencia con las armas

WASHINGTON, DC— Tres meses después del trágico tiroteo en Newtown, Connecticut, el Presidente dijo que el Senado ha tomado medidas importantes que contribuyen a proteger a nuestros hijos con la reducción de la violencia con las armas. El pueblo americano hizo que se escucharan sus voces, y el Senado ha logrado progreso para que sea más difícil que los criminales y la gente que tiene enfermedades mentales graves obtengan armas, para reprimir a todo el que intente proveerles armas a los criminales, y para restablecer y reforzar la prohibición de la venta de armas de asalto de estilo militar. Cada una de estas ideas merece una votación. El Presidente exhorta al Congreso a que apruebe estas medidas de sentido común al tiempo que se afirma la tradición que tiene nuestra nación de posesión responsable de armas.

El audio y el vídeo de este mensaje estarán disponibles en línea en obamawhitehouse.archives.gov a las 6:00 a.m. ET, del sábado, 23 de marzo, 2013.

Comentarios del Presidente Barack Obama
Mensaje semanal
La Casa Blanca
23 de marzo, 2013
 

Ya han pasado tres meses desde los trágicos acontecimientos en Newtown, Connecticut. Hace tres meses que perdimos 20 niños inocentes y seis adultos dedicados que aun tenían tanto por ofrecer. Hace tres meses que nosotros, como estadounidenses, comenzamos a preguntarnos si realmente estamos haciendo lo suficiente para proteger a nuestras comunidades y mantener seguros a nuestros hijos.

Para las familias que perdieron a un ser querido en ese día tan horrible, tres meses ni siquiera comienza a suavizar el dolor que sienten en estos momentos. Ni siquiera se acerca a aliviar las heridas que es posible que nunca se sanen por completo.

Sin embargo, como nación, estos últimos tres meses nos han cambiado. Nos han obligado a responder a ciertas preguntas difíciles sobre lo que podemos hacer, lo que tenemos que hacer, para impedir las clases de masacres que hemos visto en Newtown y en Aurora y en Oak Creek, así como las tragedias diarias que suceden con demasiada frecuencia en las ciudades grandes y los pueblos pequeños en todas partes de los Estados Unidos. 

Actualmente todavía existe un verdadero desacuerdo entre la gente con buenas intenciones sobre las medidas que debemos tomar para reducir la epidemia de violencia con las armas en este país. Pero ustedes, el pueblo americano, han hablado. Ustedes han dejado claro que es hora de hacer algo. Y, durante las semanas más recientes, los senadores aquí en Washington han escuchado y han tomado ciertas medidas significativas al respecto. 

Hace dos semanas, el Senado promovió un proyecto de ley que haría más difícil que los criminales y la gente que tiene una enfermedad mental grave puedan conseguir un arma, que es una idea que tiene el apoyo de nueve de cada diez estadounidenses, incluyendo a la mayoría de los dueños de armas.

El Senado también ha logrado progreso con un proyecto de ley que reprimiría a todo el que compre un arma como parte de un ardid para proveérsela a criminales, lo que reduciría los delitos violentos y protegería a nuestros funcionarios de cumplimiento del orden.

Por último, el Senado tomó medidas para restablecer y reforzar la prohibición de la venta de armas de asalto de estilo militar, fijar un límite de 10 tiros para los cargadores de municiones, y hacer que nuestras escuelas sean lugares más seguros donde los niños puedan aprender y crecer.

Estas ideas no tienen por qué ser controversiales, ya que son de sentido común. Tienen el apoyo de la mayoría del pueblo americano. Y exhorto al Senado y a la Cámara de Representantes a que sometan ambas a votación. 

Como he dicho anteriormente, es posible que no podamos prevenir todo acto de violencia en este país. Pero, juntos, tenemos la obligación de intentarlo. Tenemos la obligación de hacer lo que podamos.

Ahora mismo, tenemos una verdadera oportunidad de reducir la violencia con las armas en los Estados Unidos, y de prevenir la peor de las violencias. Tenemos una oportunidad singular de reafirmar nuestra tradición de posesión responsable de armas, y también hacer más para impedir que las armas caigan en manos de los criminales o de la gente que tenga una enfermedad mental grave. 

Hemos logrado progreso durante estos últimos tres meses, pero aun no hemos logrado la meta. Y, en las próximas semanas, espero que los miembros del Congreso unan fuerzas conmigo para terminar esta labor; por nuestras comunidades y, de manera más importante, por nuestros hijos. Gracias.

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