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Comentarios del Presidente sobre la seguridad con las armas

THE WHITE HOUSE
Oficina del Secretario de Prensa
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Para publicación inmediata                    
28 de marzo, 2013
 

COMENTARIOS DEL PRESIDENTE SOBRE LA SEGURIDAD CON LAS ARMAS

Sala del Este

11:58 A.M. EDT

EL PRESIDENTE: Gracias. (Aplausos.) Gracias a todos.  Gracias, Katerina, por compartir tu historia. Reema tuvo una gran suerte de tenerte de maestra, y todos nosotros somos afortunados de tenerte aquí hoy. Y me alegro que hayamos tenido la oportunidad de recordarla a ella.

Katerina, como acaban de escuchar, perdió a una de sus estudiantes más prometedoras en Virginia Tech, en el tiroteo que tuvo lugar hace seis años. Y ella y decenas de otras madres y padres, que todos han sido víctimas de la violencia con las armas, han venido aquí en el día de hoy de todas partes del país; unidos no solo en su dolor y su pérdida, sino también con resolución y con valor, y con una profunda determinación para hacer lo que puedan, como padres y como ciudadanos, para proteger a otros muchachos y evitarles a otras familias el inmenso dolor que ellos han sufrido.

Como bien pueden decirles cualquiera de las familias y los amigos que están aquí hoy, el dolor no desaparece jamás. Esa pérdida, ese dolor permanece con uno. Persiste en lugares como Blacksburg y Tucson y Aurora.  Esa angustia aun está fresca en Newtown.  Han pasado apenas 100 días desde que 20 niños inocentes y seis educadores valientes nos fueron arrebatados por la violencia con las armas, incluyendo a Grace McDonnell y a Lauren Rousseau y a Jesse Lewis, cuyas familias están aquí hoy.

Esa agonía arde profunda en las familias de miles, miles de estadounidenses que han sido robados de nuestras vidas por una bala de un arma durante estos últimos 100 días, incluyendo a Hadiya Pendleton, que fue asesinada en camino a la escuela hace menos de dos meses, y cuya madre se encuentra aquí hoy también. Todo lo que les representaba algo en la vida y todas sus esperanzas desaparecieron en un instante. Tenemos madres en este escenario cuyos hijos fueron asesinados tan recientemente como hace 35 días.

No creo que ninguno de nosotros que somos padres podemos escuchar estas historias y no pensar sobre nuestros propios hijos e hijas y nuestros propios nietos. Todos sentimos que es nuestro primer impulso, como padres, hacer todo lo posible por proteger a nuestros hijos del peligro; hacer todo sacrificio por mantenerlos seguros; hacer lo que tengamos que hacer para darles un futuro en el que puedan crecer y aprender y explorar, y convertirse en las maravillosas personas que están destinados a ser.   

Es por eso que, en enero, Joe Biden, como líder de un grupo de trabajo, elaboró y yo presenté una secuencia de propuestas de sentido común para reducir la epidemia de violencia con las armas y mantener seguros a nuestros hijos. En mi discurso del Estado de la Unión, yo exhorté al Congreso a hacer una votación sobre estas propuestas. Y, en solo un par de semanas, así lo harán.

A principios de este mes, el Senado promovió algunas de las reformas más importantes diseñadas para reducir la violencia con las armas. Todas son consistentes con la Segunda Enmienda. Ninguna de ellas infringirá en los derechos de los dueños de armas que son responsables. Lo que sí harán es mantener las armas fuera de las manos de la gente peligrosa que pone a otros en riesgo. Y esta es nuestra mejor oportunidad en más de una década de tomar medidas de sentido común que salvarán vidas. 

Como dije cuando visité Newtown hace poco más de tres meses, si hay una medida que podamos tomar que salve solo a un niño, solo a un padre, solo a otro pueblo de experimentar el mismo dolor que han sufrido algunos de las padres y de las madres que están aquí, entonces debemos tomarla. Tenemos la obligación de intentarlo.

Ahora bien, en las próximas semanas, los miembros del Congreso votarán sobre si debemos requerir verificaciones universales de antecedentes a todo el que quiera comprar un arma de manera que los delincuentes o la gente que tenga enfermedades mentales graves no puedan obtener un arma. Ellos votarán sobre las nuevas penalidades severas para todo el que compre armas solo con el propósito de vendérselas a delincuentes. Votarán sobre una medida que retirará del consumo público las armas de guerra y los cargadores de municiones de alta capacidad que facilitan los asesinatos masivos. También tendrán la oportunidad de votar sobre una legislación que contribuirá a que las escuelas sean lugares más seguros y que ayudará a la gente que tiene problemas de salud mental a obtener el tratamiento que necesita.

Ninguna de esas ideas debe ser controversial. ¿Por qué motivo no querríamos que fuera más difícil que una persona peligrosa obtenga un arma? ¿Por qué motivo no querríamos eliminar el vacío legal que permite que tanto como el 40 por ciento de todas las compras de armas se lleve a cabo sin una verificación de antecedentes? ¿Por qué motivo no lo haríamos?

Y, si uno le pregunta a la mayoría de los estadounidenses fuera de Washington, incluyendo a muchos dueños de armas, sobre algunas de estas ideas, ellos no las consideran controversiales. Ahora mismo, el 90 por ciento de los estadounidenses, el 90 por ciento, apoya las verificaciones de antecedentes que impedirán que los delincuentes y la gente que se ha determinado que es un peligro para sí misma o para otros puedan comprar un arma. Más del 80 por ciento de los Republicanos está de acuerdo. Más del 80 por ciento de los dueños de armas está de acuerdo. Háganse la idea de eso. ¿Con qué frecuencia el 90 por ciento de los estadounidenses está de acuerdo sobre algo?  (Risas.)  Eso nunca sucede. 

Muchas otras reformas tienen el apoyo de mayorías evidentes de estadounidenses. Y le pido a todo estadounidense que averigüe la posición de su miembro del Congreso sobre estas ideas. Si ellos no son parte del 90 por ciento que está de acuerdo en que debemos hacerle más difícil a un delincuente o a alguien que tenga una enfermedad mental grave que compre un arma, entonces ustedes deben preguntarles que ¿por qué no? ¿Por qué son ustedes parte del 10 por ciento?

No hay absolutamente razón alguna por la que no podamos lograr esto. Pero la razón de la que estamos hablando aquí hoy es porque eso no se logra hasta que no se haga. Y hay algunas opiniones poderosas del otro lado que están interesadas en dejar correr el reloj o cambiar el tema o silenciar a la mayoría del pueblo americano para impedir que ninguna de estas reformas tenga lugar. Ellos están haciendo todo lo posible para que nuestro progreso quede aplastado bajo el peso del temor y la frustración, o ellos suponen que la gente simplemente se va a olvidar del asunto. 

El otro día leí un artículo en las noticias en que se preguntaba si Washington ha perdido su oportunidad porque, a medida que pasa el tiempo después de Newtown, de alguna manera la gente comienza a seguir adelante y a olvidar. Déjenme decirles que la gente que está aquí no lo olvida. El papá de Grace no lo olvida.  La mamá de Hadiya no lo ha olvidado. La idea de que dos meses o tres meses después que sucede algo tan horrendo como lo que sucedió en Newtown y que hemos seguido adelante con otras cosas, eso no representa quienes somos. Nosotros no somos así.

Y quiero cerciorarme de que todos los estadounidenses estén escuchando hoy. Hace menos de 100 días que eso sucedió y el país entero estaba horrorizado. Y el país entero prometió que haríamos algo al respecto y que esta vez las cosas serían de otra manera. Debería darnos vergüenza si es que nos hemos olvidado. Yo no he olvidado a esos niños. Debería darnos vergüenza si es que nos hemos olvidado.

Si hay algo que he dicho consistentemente desde que me postulé la primera vez para este cargo es que nada tiene más poder que millones de voces que exhortan al cambio. Y por eso es que es tan importante que todos estos papás y estas mamás estén aquí hoy. Pero por eso también es que es importante que tengamos grupos de base en la calle que se crearon y están por ahí movilizando y organizando y luchando. Eso es lo que va a hacer falta para lograr que este país sea más seguro. Va a hacer falta que las madres y los padres, y los cazadores y los deportistas, y el clero y los funcionarios locales tales como los alcaldes que nos acompañan aquí hoy se manifiesten y digan que esta vez realmente sí es diferente; que no vamos a quedarnos tranquilos y esperar al próximo Newtown ni al próximo Blacksburg ni a que se asesine al próximo niño inocente y bello en un parque en Chicago o en Philadelphia o en Los Ángeles antes de que nos armemos de valor para tomar acción.

Ahora mismo, los miembros del Congreso están de regreso a casa en sus distritos, y muchos de ellos están llevando a cabo eventos donde pueden escuchar las opiniones de sus electores. Así es que quiero que todo el que esté escuchando exprese su opinión ahora mismo. 

Si usted piensa que tiene sentido común verificar los antecedentes penales de alguien antes de que esa persona pueda visitar una exhibición de armas, usted tiene que expresar su opinión. Si usted es un dueño de armas responsable que cumple las leyes y quiere impedir que gente irresponsable y que quiebra las leyes abuse del derecho de portar armas infringiendo daños en escala masiva, exprese su opinión.  Necesitamos sus voces en este debate. Si usted es una mamá como Katerina que quiere lograr que este país sea más seguro, y que sea un lugar más fuerte donde nuestros hijos puedan aprender y hacerse adultos, únase a otras mamás como las que están aquí hoy y alcen sus voces y hagan que se escuchen inequívocamente sus opiniones.

Necesitamos que todo el mundo se acuerde de cómo nos sentimos hace 100 días y cerciorarnos de que lo que dijimos en aquel momento no fue solo un montón de trivialidades, sino que lo sentíamos realmente.

El deseo de marcar una diferencia es lo que hizo que Corey Thornblad esté aquí hoy.  Corey se crió en Oklahoma, donde su papá vendía armas de fuego en las exhibiciones de armas. Y, actualmente, ella es mamá y maestra. Y Corey dijo que, después de Newtown, ella estuvo varios días llorando por los estudiantes que podrían haber sido los suyos; por los padres que ella podría haber conocido; por los maestros como ella que van a trabajar diariamente y aman a sus niños y desean que estos tengan éxito. Y, según dice Corey, “Mi corazón estaba destrozado. Y decidí que era el momento de tomar acción, de hacer una marcha, de hacer una petición, de hacer llamadas telefónicas, porque ya solo con las lágrimas no era suficiente”. Y yo tengo esa misma actitud.

Las lágrimas no son suficiente. Las expresiones de condolencia no son suficiente. Los discursos no son suficiente. Hemos llorado lo suficiente. Ya hemos experimentado suficiente dolor del alma. Lo que proponemos no es una medida radical, no es privar a nadie de sus derechos a tener armas. Es algo que, si tenemos la verdadera intención de hacerlo, lo haremos. 

Ahora es el momento de convertir ese dolor del alma en algo real. No solucionará todos los problemas. Todavía habrá muertes debido a las armas. Todavía habrá tragedias. Todavía habrá violencia. Todavía habrá maldad. Pero podemos marcar una diferencia aunque no sean solo los activistas que están aquí en el escenario sino el público en general, incluyendo a los dueños de armas responsables, que digan, saben qué, podemos hacer algo mejor. Podemos hacer un mayor esfuerzo por cerciorarnos de que menos padres tengan que sufrir el dolor de perder a un hijo a consecuencia de un acto de violencia.

De eso es que se trata esto. Y si suficiente gente como Katerina y Corey y el resto de los padres que están aquí hoy ponen de su parte, y si suficientes miembros del Congreso se manifiestan a favor de la cooperación y el sentido común, y lideran, y no se ablandan porque ha pasado tiempo y tal vez no se lee en las noticias todos los días; si eso es quienes somos, si es evidencia de nuestro carácter que estamos dispuestos a cumplir los compromisos que consideramos que son importantes, los compromisos hechos entre nosotros y con nuestros hijos, entonces tengo la certeza de que podemos lograr que este país sea un lugar más seguro para todos ellos.

Así es que muchas gracias a todos. Que Dios los bendiga. Que Dios bendiga a los Estados Unidos.  (Aplausos.)

FIN           

12:13 P.M. EDT