Sindicato Local de Trabajadores Unidos del Acero de Estados Unidos 2227

Pittsburgh, Pensilvania

5:46 P.M. EDT

EL PRESIDENTE:  Es bueno estar casi en casa.  Bueno, les diré algo: Saben, esta es una elección bastante crítica, por decir lo obvio.

Antes de comenzar, quiero decir unas palabras sobre algunos buenos amigos que perdimos: un tipo llamado Jack Shea (algunos de ustedes lo conocían) y Pat Gillespie.  Ambos buenos amigos, personas con las que trabajé toda mi carrera.  Y tenían una actitud que se podría resumir, en una palabra, a mi modo de ver.  Un poco como diría mi padre: “Todos, todos, sin importar su origen, tienen derecho a ser tratados con dignidad, con dignidad, con respeto”.

Y, saben, quiero agradecer a los funcionarios electos aquí hoy.  Bobby Casey ha sido un amigo cercano mío durante mucho tiempo.  Su padre y yo también éramos amigos.  De hecho, tenemos diferentes edades.  Yo… su padre era mucho mayor que él, y yo… yo de lo que soy con… con… con Bobby.  Nos criamos en el mismo vecindario en Green Ridge, a unas cinco cuadras de distancia.  Fui a la misma escuela primaria, porque me había mudado, ya que cuando… cuando murió el carbón en Scranton, no había trabajo.  Mi papá, mi papá estaba en ventas, no en, no en minería.  Pero volvimos a mudarnos a Delaware, de donde él era.

Se mudó a un pequeño pueblo siderúrgico llamado Claymont, en Delaware.  En Claymont solía haber más acero.  Solía tener casi 5.000 trabajadores del acero.  Se construyó toda la comunidad: era una ciudad de una industria, literalmente.  Y el acero murió.  Se estaba muriendo, no queda ni un solo trabajador del acero.

Y sabemos que lo que sucedió fue, aproximadamente a la mitad de mi — mi elección— me involucré mucho — en mi caso, en el movimiento por los derechos civiles.  Y, y cuando era niño, trabajé mucho por el movimiento en el trabajo.  Y me involucré profundamente en el Partido Demócrata, porque el Partido Demócrata en Delaware era entonces un Partido Demócrata sureño.  Éramos más un estado del sur que… que un estado del noreste.

Y me involucré, y una cosa llevó a la otra.  Y un día, vino a mí un grupo de los miembros más importantes del partido.  Dijeron que querían que me postulara para el Senado.  Dije: “No tengo la edad suficiente”.  Y no la tenía. Solo tenía 29 años.  Y un ex presidente del Tribunal Supremo cuya familia tiene más senadores de los Estados Unidos que cualquier otra familia en la historia de los Estados Unidos me miró y dijo: “Obviamente no le fue muy bien en la facultad de derecho, Joe”.  Él dijo: “No es necesario tener 30 años para ser elegido.  Tiene que tener 29.  Puede tener 29.  Simplemente no puede hacer el juramento hasta que tenga 30 años”.

Y así, una cosa llevó a la otra, y terminé decidiendo postularme.  Pero enfrentaba grandes dificultades para conseguir apoyo.  Aunque le agradaba a la gente, o al menos a los trabajadores, no creían que pudiera ganar hasta que el líder local de los trabajadores del acero de Delaware me llevó a Pittsburgh.  Y vine aquí y me reuní con el entonces presidente de los trabajadores del acero.  Y me respaldó alrededor de nueve semanas y gané por 3.100 votos.

Entonces, el hecho es:  Ustedes son mis dueños.  (Aplausos.)  Han estado conmigo desde el principio.   (Aplausos.)

Y, miren, amigos, Bobby, alcalde, representante Boyle [Doyle], representante Lamb, alcalde Gainey, su ejecutivo del condado es un gran tipo.  y John. Si tengo que estar en una trinchera, quiero a John Fetterman conmigo.  (Aplausos.)  Les diré algo, quiero a John ahí conmigo.  Lo digo sinceramente.

Verán, hay mucha gente aquí.  No quiero mantenerlos de pie mucho más tiempo, pero permítanme decirles un par de cosas.

Número uno, ya saben, comencé mi campaña porque Tom vino y me convenció, no me convenció; él dio su planteamiento sobre porqué debía postularme.  Porque en ese viaje en tren, era candidato, estaba haciendo campaña por los demócratas.  No ocupaba el cargo y estaba haciendo campaña por los demócratas.

¿Pero saben qué?  Este no es el Partido Republicano de sus padres.  Este es un partido completamente diferente.  Estos candidatos son diferentes.  He trabajado con muchos republicanos, he trabajado con republicanos conservadores.  Conseguí mucho.  Y nosotros, pero siempre fue así, siempre hubo algo decente en el trabajo.

Pero luego nos mudamos a este lugar donde, de repente, el motivo por el que me presenté como candidato, por lo que me decidí, fue cuando vi a esas personas salir de los campos en Virginia con antorchas, literalmente saliendo de los campos con antorchas, con esvásticas, cantando los mismos cantos antisemitas que se cantaba en, literalmente, los mismos cantos antisemitas que se entonaban en Alemania en los años 30 acompañados por el Ku Klux Klan.

Y el tipo al que derroté en esta elección, las últimas elecciones, cuando le preguntaron qué pensaba, dijo que había gente muy buena en ambos lados.  Dije: “Algo está realmente mal.  Algo está cambiando”.  Y fue entonces cuando hablé con Tom y otros sobre la ayuda.  Decidieron ayudarme.

Porque miren, amigos, aquí es donde creo que estamos, y voy a ser breve: El hecho es que, creo que hay períodos en la historia en los que alcanzamos ciertos puntos de inflexión, donde todo lo que ocurrirá después cambiará lo que conocíamos para la próxima generación.

Y estamos en uno de esos puntos.  Ya ocurrió, cada seis, ocho, cada seis u ocho generaciones.  Las cosas están cambiando.  Están cambiando rápidamente.  Lo pueden ver, desde lo que está pasando en Europa e India; en Rusia y China.   Las cosas están cambiando.  Y Estados Unidos tiene que recuperar el equilibrio y recordar quiénes somos.

Entonces, una de las cosas que concluí fue que, ya saben, esos puntos de inflexión son los puntos donde uno mira hacia atrás 2, 5, 10 años después y se dan cuenta de que ya no es lo que era antes; es mejor o peor de lo que era antes.  No es igual.  No va a volver a ser igual.

Y estoy absolutamente convencido, y lo digo en serio.  Nadie ha dudado jamás de que quiero decir lo que digo.  El problema es que a veces digo todo lo que quiero decir.  Y, fuera de bromas, una de las cosas que me quedaron claras es que, con este nuevo grupo, encabezado por el expresidente—por—el expresidente derrotado—nos encontramos en una situación en la que realmente o vamos a mirar hacia adelante o vamos a mirar hacia atrás.

Y está claro hacia dónde quiere mirar.  Está claro lo que representan los nuevos republicanos del MAGA.  Son extremos.  Y la democracia está realmente en juego.

No es posible ser una democracia si uno apoya la violencia cuando no le gusta el resultado de una elección.  No es posible llamarse a sí mismo una democracia cuando, de hecho, no cuenta los votos que la gente emite legítimamente y se cuentan de manera diferente.  No es posible ser una democracia y llamarse a sí mismo democracia si continúa haciendo lo que está haciendo.

Entonces, amigos, miren, tenemos una opción.  Cuando nosotros. Trump y los republicanos del MAGA tomaron su decisión.   Cuando nosotros podemos optar por construir un Estados Unidos mejor o podemos continuar por este camino hacia el olvido, hacia donde no queremos ir.

Ya saben, con el Plan de Rescate Económico, y no voy a hablar de todas estas cosas, pero solo para darles un ejemplo, nosotros, ya saben, creamos, creamos casi 10 millones de puestos de trabajo en mis primeros 16 meses.  Diez millones de nuevos puestos de trabajo en Estados Unidos.  (Aplausos.)

Ese Plan de Rescate Económico también creó y salvó millones de empleos.  ¿Por qué?  Porque aquí en el estado de Pensilvania y en casi todos los estados, no tenían suficiente dinero para mantener a los maestros en la nómina, para mantener a los bomberos en sus puestos, para mantener a los policías en sus puestos, para mantener a las personas (enfermeros y médicos) en sus puestos.

Y entonces, ¿qué hicimos?  Nosotros, de hecho, les dimos el dinero para asegurarnos de que los mantuvieran.  Y este gobernador, su gobernador, lo gastó bien, contratando a miles de bomberos y parecidos.  (Aplausos.)

Y lo que sucedió fue que nos encontramos a nosotros mismos: debido a la codicia de algunas empresas, descubrimos que una gran cantidad de miembros sindicales estaban a punto de perder sus pensiones.

Así que hicimos algo que no se había hecho en 50 años, significativo para los puestos de trabajo. Aprobamos la Ley Butch Lewis.  La Ley Butch Lewis.  (Aplausos.)

Y me dijeron, me dijeron que no podía hacerlo.  Ellos me dijeron eso.  Realmente lo hicieron.  Recuerden, lo hicimos, y no obtuvimos ningún voto republicano para esa ley.  Pero lo conseguimos.  Lo hicimos.  Porque se trata solo de la decencia básica y la justicia.  Y miren, todos los republicanos votaron en contra, todos.

La Ley Bipartidista de Infraestructura.  Estamos construyendo carreteras, puentes y puertos.  De hecho, voy a estar de vuelta aquí dentro de poco porque obtuvimos $60 millones para reconstruir ese puente que se derrumbó el día que vine aquí no hace mucho.  (Aplausos.)

Amigos, el dinero se destinará a la expansión de la presa y la esclusa de casi 100 años de antigüedad que funcionan mal en las afueras de Pittsburgh.  Es (inaudible), pero hace una gran diferencia en términos de economía.

Además, vamos a construir un nuevo terminal en el aeropuerto de Pittsburgh.

Estamos haciendo esto en todo el país, en todo el país.  Y esto crea empleos buenos y decentes.

Pero la razón por la que hablo de los sindicatos no es solo por mis orígenes.  Es más que eso.  Es más que eso.  Conté que hablé con Business Roundtable, los directores ejecutivos de las empresas más grandes de los Estados Unidos, la Cámara Nacional de Comercio.  Y he sido directo con ellos.

Les dije: “Miren, soy un sindicalista y los apoyo por una razón: porque es de su interés”.  Y me miran sorprendidos: “¿De qué habla?”

Ustedes son los trabajadores mejor capacitados y los más calificados del mundo.  Hace… no, no lo digo simplemente.  (Aplausos.)  La mayoría de la gente no se da cuenta de que, para afiliarse a muchos sindicatos, hay que tener cuatro o cinco, seis meses, seis años de formación.  Es como ir a la universidad.  Le pagan mientras es parte, pero no mucho.  Pero es que … son los mejores del mundo.

Y tiene mucho sentido que Estados Unidos gaste y que las empresas gasten un poco más de dinero para tener algo que dure muchísimo más que hacer algo barato.

Miren, me han escuchado decirlo antes.  Wall Street no construyó la clase media.  Wall Street no construyó Estados Unidos.  La clase media construyó Estados Unidos y los sindicatos construyeron la clase media.  (Aplausos.)  Eso es… eso es simplemente un hecho.

Y, por cierto, la otra cosa que descubrí, no lo supe, había estado en el Senado durante mucho tiempo y era vicepresidente.  No me di cuenta de que se aprobó una ley a principios de los años 30 durante la administración de Roosevelt, y la prensa me mira como, “¿Qué va a decir ahora?”; les voy a contar que, de hecho, decía: “Compre hecho en Estados Unidos”.  Que nosotros, cualquier dinero que un presidente gastó que fue asignado, podía insistir para que ese dinero solo se gastase en productos estadounidenses.

Entonces, ¿adivinen qué?  Compramos estadounidense.  (Aplausos.)  Y obtengo, y puedo gastar, de su dinero como presidente, puedo asignar más de $600 mil millones, $600 mil millones cada año.  Y son productos fabricados en Estados Unidos hechos por trabajadores estadounidenses en Estados Unidos.  Es por eso que avanzamos.

¿Dónde está escrito que en Estados Unidos no podemos volver a ser un gran centro de fabricación en el mundo?

Nos hemos asegurado de tener ahora más de 640.000 nuevos puestos de trabajo en fabricación.  ¿Qué… dónde dice que no podemos hacer esto?

Así que empiezo con la propuesta de que solo se trata de decencia básica.  No voy a extenderme mucho más, lo prometo.

Esto es lo que sucedió.  Saben, no tenemos un sistema fiscal que sea justo en absoluto.  Ni siquiera está cerca.  Y es por eso que, por ejemplo, he estado presionando por la justicia fiscal durante mucho, mucho tiempo.

Pero, ¿adivinen qué?  Me dijeron que no podíamos hacer eso tampoco.  Bueno, hubo 55 corporaciones en Estados Unidos en 2020 que ganaron más de $400 mil millones y no pagaron un solo centavo en impuestos sobre la renta, ni un solo centavo.  Ahora están pagando un mínimo del 15 por ciento en su impuesto sobre la renta.  (Aplausos.)

¿Y adivinen qué?  Para hablar sobre la Ley para la Reducción de la Inflación y — he luchado, cuando era senador, durante mucho, mucho tiempo — he luchado contra las compañías farmacéuticas, he luchado para que Medicare pudiera fijar el precio que pagan por los medicamentos de Medicare y he negociado por esos medicamentos.

Entonces, ¿adivinen qué?  ¿Alguno de ustedes, no es necesario que levanten la mano, pero alguno de ustedes tiene un hijo con diabetes tipo 2 que necesita insulina todos los días, una vez a la semana?

Entonces, ¿adivinen qué?  A esos centros les cuesta 15 dólares fabricarlos y empaquetarlos.  Eso es todo lo que se necesitan.  ¿Saben cuánto cobran?  Cobran entre 625 y 1000 dólares al mes.  No está bien.  Simplemente está mal.  Pueden obtener tres veces y media de ganancia de lo que les cuesta hacerlo.

Bueno, dijeron que no se podía hacer.  Entonces, ¿adivinen qué?  Lo cambiamos, al permitir, algo en lo que hemos trabajado durante mucho tiempo, permitir que Medicare negocie los precios de los medicamentos.

Pagamos los precios de medicamentos más altos de cualquier nación del mundo aquí en los Estados Unidos de América.  ¿Y adivinen qué?  No hay un motivo para ello.

Así que finalmente aprobamos: Medicare ahora está negociando.  Ningún adulto mayor, debido a lo que hicimos en la Ley para la Reducción de la Inflación, ningún adulto mayor, sin importar cuán grande sea su factura en medicamentos, si luchan contra un cáncer o cualquier otro problema grave, y gastan miles y miles de dólares en tratamiento. – ¿adivinen qué?  No tendrán que pagar más de $2.000 al mes sin importar cuál sea su factura.  No importa cuál sea su factura.  (Aplausos.)

Si necesitan insulina, no tendrán que pagar más de $35 al mes.  (Aplausos.)

He estado luchando, he estado luchando contra la industria farmacéutica durante toda mi carrera, toda mi carrera.  Y finalmente vencimos a la industria farmacéutica.  Finalmente le ganamos a la industria farmacéutica.  (Aplausos.)  Ni un solo voto republicano.  Ni un solo voto.

MIEMBRO DE LA AUDIENCIA: ¡Lo respetamos por ello!

EL PRESIDENTE:  Bueno, les digo qué.  La verdad es que hay mucho más que tenemos que hacer. Como les anticipé, generamos 650.000 empleos de manufactura en Estados Unidos.

Hoy en día, los sindicatos en este país son, ahora han tenido el apoyo, ya sea que sean miembros del sindicato o no, de más del 60 por ciento de los estadounidenses.  Nunca antes los sindicatos habían sido tan populares.  Sindicatos laborales — sindicatos.  Más del 60 por ciento de los estadounidenses piensan que son importantes porque se han dado cuenta: Son el baluarte contra el exceso.  Ustedes son los… ustedes son los elegidos.

Y, por cierto, ya saben, como todos ustedes, como, no debería decir “todos”, como muchos de ustedes, no me crie en la pobreza.  Pero yo era… no éramos ricos.  Vivíamos en una casa de dos plantas y tres habitaciones en un pequeño pueblo llamado Mayfield en Delaware, con cuatro hijos, una mamá y un papá, y el abuelo vivía con nosotros.  Pero estábamos bien.  Estábamos bien.

Siempre sabíamos cuando las cosas iban mal.  Se escuchaba a través de las paredes, tres de… teníamos dos juegos de literas en una habitación.  Podía escuchar a mi papá cuando estaba inquieto.  Escuchaba el movimiento de la cabecera.

Recuerdo que un día le pregunté a mi mamá: “¿Qué le pasa a papá?”  Ella dijo: “Cariño, acaba de perder nuestro seguro”.

La gente no debería tener que enfrentarse a esa realidad en Estados Unidos.  Ese no debería ser el caso.  Los sindicatos se han asegurado de que no deban enfrentarse a eso, pero el resto del país sigue luchando.

Y finalmente, estamos haciendo cambios significativos en el cuidado de la salud.  Ahora estamos en una situación en la que pudimos agregar otros 2.400 dólares para una familia de cuatro —reducir el precio del seguro— bajo la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio.

Y, por cierto, ellos todavía persiguen la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio.  Quieren deshacerse de ella.

Y la única razón por la que alguien con una condición preexistente que no es rico puede pagar una póliza muy costosa y tiene cobertura es por la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio.  La única razón.  Y la siguen criticando.

Y al Seguro Social.  Desde su primer cheque de pago, ha estado pa-… ha estado pagando el Seguro Social.  Entonces, ¿adivinen qué?  El tipo que encabeza el comité de la campaña republicana para el Senado de los Estados Unidos, el senador Scott del Sur y los tipos cuyo estado de origen es Wisconsin, estos tipos ni siquiera creen que se deba garantizar el Seguro Social.  Lo quieren en las urnas, quieren que se lo vote cada cinco años.  Cada cinco años, tiene que ser reautorizado.

Ustedes pagaron por ello.  Y el tipo de Wisconsin concluyó que debería ser cada año, que cada año, debería votar si mantiene o no el Seguro Social, si lo mantiene, lo recorta, lo cambia o lo modifica.

¿Qué está pasando aquí?  Este no es el país que la mayoría de ustedes, este no es el país que la mayoría de los republicanos, la mayoría de los republicanos que representaron a este estado apoyaron durante más tiempo.

Entonces, amigos, miren, el hecho es que cuando el Seguro Social está bajo ataque, cuando Medicare está bajo ataque, cuando, la negativa a seguir, asegurarse de estar en una circunstancia en la que tiene cierto acceso a la atención de la salud, esto es, esto es, nuevamente, nosotros podemos cambiar las cosas.  Y vamos a cambiarlas para mejor.

Ya saben, y este es el trato.  Saben, como dije, Wall Street no construyó este país.  La clase media lo construyó.  Y los sindicatos construyeron la clase media.

Permítanme cerrar con un dato serio.  Cuando lo anuncié, y lo dije en serio, me criticaron rotundamente, y con razón; es legítimo criticarme por eso, dije que me postulaba por tres razones.

Una, para restaurar el alma de Estados Unidos.  Con eso me refiero a la decencia, el honor, es decir, hacer lo que se dice, literalmente tratar a las personas con algo de respeto.

La segunda razón por la que dije que me postulaba es porque estoy harto y cansado de la teoría del goteo.  Quiero construir la economía de abajo hacia arriba y del centro hacia afuera.  Porque cuando eso sucede, a los ricos les va muy, muy bien.  Les va muy bien.  Y todo el mundo tiene una oportunidad.  Todo el mundo tiene una oportunidad.

Y la tercera razón por la que dije que me postulaba: porque quería unir al país.  Y porque no se puede mantener una democracia sin poder llegar a un consenso.

He pasado mucho tiempo con líderes extranjeros, desde el líder de China, Rusia, etcétera.  El líder de China, Xi Jinping, me lo dice sin rodeos: he pasado más tiempo con él que con cualquier otro jefe de estado: más de 76 horas.

¿Y adivinen lo que dijo?  Las democracias no se pueden sostener en el siglo XXI porque requieren consenso, y todo avanza tan rápido que no se puede lograr consenso, por eso las autocracias van a tener éxito.

Bueno, rechazo esa noción.  La rechazo. Creo que podemos salir de esto más fuertes que cuando llegamos, más fuertes que antes de empezar.

Y, amigos, miren, ya saben, todos amamos el país.  Pero no es posible amar al país y decir cuánto se lo ama si solo acepta uno de los dos resultados de las elecciones: o ganó o le hicieron trampa.  No funciona de esa manera.

No es posible amar al país si se niega: se niega a mantener solo los principios democráticos básicos que se establecieron y que todos aprendemos desde que éramos niños en la escuela: que se aceptan los resultados de las elecciones.

No puede decir que ama al país cuando, en realidad, o gana o le han hecho trampa.  Y ahí es donde estamos ahora.

Y yo no, hay mucho más que decir, pero ya he dicho demasiado.  Pero este es el trato.  Estoy absolutamente convencido, estoy absolutamente convencido, y lo digo desde el fondo de mi corazón: No hay nada que no podamos hacer en Estados Unidos, lo digo en serio, ni una sola cosa que no podamos hacer si lo hacemos juntos.  (Aplausos.)  Lo digo en serio.

Y ya es hora de que nos pongamos de pie y recordemos quiénes somos, en el nombre de Dios.  Somos los Estados Unidos de América.  No hay nada que no podamos hacer.  (Aplausos.)  Así que salgamos y exijamos, y es la propuesta más simple.

Ganaremos si la gente vota.  Así que recuerden a todos: Votar.  Vayan y voten.  Votamos, ganamos y restablecemos este país y lo hacemos aún mejor de lo que era antes.

Gracias a todos por estar de pie tanto tiempo.  Dios los ama.  Me pasé… gracias.

¿Qué hago?  ¿Salgo por aquí?

06:06 P.M. EDT

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