Salón Roosevelt

11:54 horas, hora de Washington D. C.

EL PRESIDENTE: Hola a todos. Siento haberlos hecho esperar. Están pasando muchas cosas.

Hoy, la vicepresidenta y yo queremos dirigirnos a ustedes para hablar sobre la manera en que mi administración está gestionando la situación en la frontera suroeste.

Ahora bien, estas acciones por sí mismas no van a arreglar nuestro sistema de inmigración por completo, pero pueden ayudarnos a manejar mejor este desafío tan difícil.

En mi primer día en el cargo, algunos de ustedes recordarán, quienes cubren esta área y la cubren bien, envié al Congreso amplia legislación para rehacer completamente nuestro defectuoso sistema de inmigración al abordar la inmigración ilegal, fortalecer la inmigración legal y proteger a los soñadores (dreamers), a aquellos con estatus de protección temporal y a los trabajadores agrícolas que son parte del tejido de nuestro país. 

Los republicanos en el Congreso han rehusado considerar mi plan integral. Y han rechazado mi reciente solicitud de 3.500 millones de dólares adicionales para asegurar la frontera así como fondos para contratar 2000 nuevos funcionarios y personal de asilo y cien (100) nuevos jueces de inmigración para que la gente no tenga que esperar años para que su caso sea adjudicado.

El hecho de que no hayan aprobado ni financiado un plan integral ha aumentado los desafíos que se nos plantean en la frontera suroeste. Nadie lo sabe mejor que la vicepresidenta.

Y para entender completamente lo que está ocurriendo aquí es importante retroceder un momento para observar el panorama en su amplitud.

Sé que es difícil de ver porque nuestra política puede ser tan divisiva, saben que está mejorando, como todo ustedes lo han visto, pero es tan divisiva que nubla la imagen.

Pero permítanme explicar lo que voy a hacer de una manera tan clara y sencilla como pueda. Sé que es un asunto complicado. No quiero sugerir que haya algo fácil en ello.

La gente viene a Estados Unidos por muchas razones. Para buscar nuevas oportunidades en la economía más fuerte que existe en el mundo. No se les puede culpar que querer hacerlo. Para huir de la opresión al país más libre del mundo. Para perseguir su propio “sueño americano” en el mejor país del mundo.

Esa es la historia de Estados Unidos, la historia de muchas de sus familias, incluyendo la mía allá por el siglo XIX desde Irlanda.

Ahora bien, existen varias maneras de emigrar a Estados Unidos legalmente según nuestras leyes. Por ejemplo, un ciudadano estadounidense puede auspiciar a un miembro inmediato de su familia que sea de otro país. Una empresa estadounidense puede auspiciar a un empleado de otro país. Existen visados para estudiantes que vengan a cursar sus estudios en nuestros colegios universitarios y universidades así como otras categorías especiales.

Independientemente de la ruta legal, existe un proceso que exige que todos los involucrados cumplan nuestras leyes. Esa es la idea. Existen leyes para llegar aquí legalmente. Esto incluye otra situación legal de que alguien venga a Estados Unidos a solicitar asilo si están huyendo de una persecución, tal como nuestros antepasados lo hicieron.

Y para muchas personas esto es lo que está ocurriendo en nuestra frontera suroeste.

Durante los últimos años pasados miles de personas han huido de países de América Central y del Sur y del Caribe gobernados por dictadores opresores, incluyendo Cuba, Nicaragua y Venezuela, o escapando de la violencia de las pandillas en Haití.

En la actualidad estos cuatro países cuentan por la mayor parte de las personas que viajan a través de México para llegar a la frontera con Estados Unidos e intentar cruzar. 

Sin embargo, en lugar de un proceso seguro y ordenado en la frontera, tenemos un sistema con parches que simplemente no funciona como debería. No tenemos suficientes funcionarios o personal de asilo para determinar si las personas cualifican para recibir asilo. Hay una norma que se debe cumplir. No tenemos suficientes jueces de inmigración para adjudicar casos.

De hecho la administración anterior utilizó una regla llamada Título 42 para tratar con la pandemia y expulsar rápidamente a las personas que cruzaran la frontera. Fue diseñada para tratar con la pandemia, pero fue utilizada como medio para expulsar a las personas.

Pero las personas expulsadas según el Título 42 no tienen prohibido volver a intentar ingresar de nuevo. Han sido expulsadas. Vuelven.  Vuelven a intentarlo. Y lo vuelven a intentar. Pueden hacerlo y lo hacen, intentan reingresar a Estados Unidos una y otra vez, lo que agrava incluso más los problemas en la frontera.

Hasta que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos decida un caso respecto al Título 42 más tarde en este año, mi administración continuará empleando esta autoridad tal como el Tribunal Supremo ha exigido.

Y hasta que el Congreso apruebe y financie un plan integral de inmigración para arreglar el sistema en su totalidad, mi administración trabajará para mejorar las cosas en la frontera utilizando las herramientas que tenemos disponibles ahora.

Hoy mi administración tomará diversas medidas para fortalecer la aplicación de la ley respecto a aquellos que intentan venir aquí sin derecho legal a quedarse, Y pondrá en práctica un procedimiento más acelerado para decidir solicitudes de asilo para las personas que busquen de manera creíble protección de la persecución.

El secretario de Seguridad Nacional Mayorkas explicará dentro de poco y en detalle estas acciones, una vez que yo termine, en el Departamento de Seguridad Nacional.

He aquí una de las medidas importantes que estamos tomando: Durante el verano notamos un gran aumento de la cantidad de venezolanos que viajaban a través de México e intentaban ingresar en Estados Unidos sin cumplir nuestro proceso legal.

Respondimos utilizando y garantizando que existan dos formas seguras y legales para que alguien que deje su país venga a Estados Unidos. Y esa fue una de las razones que usted estaba proponiendo. 

Primero, si está buscando asilo, puede utilizar una aplicación de teléfono móvil llamada “C B P ONE” para programar una cita en un puerto de ingreso y hacer su solicitud de asilo allí sin cruzar la frontera ilegalmente y tener una decisión determinada por un oficial de asilo, si califica.

Segundo, en octubre trabajamos con el Gobierno de México para iniciar un nuevo programa probatorio. Existe otro programa, ustedes lo conocen, pero puede que el público no, llamado “programa probatorio” que inmediatamente mostró resultados al reducir la cantidad de personas que cruzaban la frontera ilegalmente. La forma en que este programa probatorio funciona: Uno debe tener un auspiciador legal aquí en los Estados Unidos que acepte auspiciarle para llegar aquí.

Entonces debe pasar por rigurosas investigaciones de antecedentes y hacer la solicitud desde fuera de Estados Unidos, y mientras tanto no cruzar nuestra frontera ilegalmente.

Si hacen la solicitud y es aprobada utilizarán la misma aplicación, C B P ONE, para presentarla en un puerto de ingreso y trabajar aquí legalmente durante dos años. Ese es el proceso.

Sin embargo, si su solicitud es denegada o si intentan ingresar en Estados Unidos ilegalmente, serán retornados a México y no serán elegibles para este programa.

Este nuevo proceso es ordenado, seguro y humano. Y funciona.

Desde que creamos este nuevo programa, la cantidad de venezolanos que intentan ingresar a Estados Unidos sin pasar por el proceso legal se ha reducido drásticamente de más de 1100 personas al día a menos de 250 al día en promedio. Esto implica varios cientos de personas en promedio cada día que no están ingresando ilegalmente a Estados Unidos.

Hoy anuncio que mi administración ampliará este programa probatorio para las personas no solamente de Venezuela, sino también de Cuba, Nicaragua y Haití.

De nuevo, estos cuatro países, Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití cuentan por la mayoría de las personas que ahora viajan a través de México para empezar una nueva vida al cruzar la frontera hacia los Estados Unidos de América por la frontera suroeste. 

Anticipamos que esta acción reducirá de manera importante la cantidad de personas que intentan cruzar nuestra frontera suroeste sin pasar por el proceso legal.

De hecho, hoy anuncio que México ha aceptado que retornemos 30.000 personas cada mes de estos cuatro países que aprehendamos intentando cruzar ilegalmente la frontera suroeste.

Mi mensaje es este: Si usted está intentando salir de Cuba, Nicaragua, Venezuela o Haití o ya ha comenzado su viaje a Estados Unidos, no se presente simplemente en la frontera. Permanezca donde esté y haga la solicitud legalmente desde allí. 

Desde hoy si usted no hace la solicitud con el proceso legal, no será elegible para este nuevo programa probatorio. 

Permítanme reiterarlo. Número uno, usted necesita un auspiciador legal en los Estados Unidos de América. Número dos, será objeto de una rigurosa investigación de antecedentes.

Si su solicitud es aprobada, preséntese en un aeropuerto de Estados Unidos cuando y donde se le indique, perdone, donde tenga acceso.

Pero si su solicitud es denegada o si intenta ingresar ilegalmente en los Estados Unidos no le será permitido ingresar.

Todos debemos reconocer que mientras Estados Unidos sea la tierra de la libertad y las oportunidades la gente seguirá intentando venir aquí. Es lo que muchos de nuestros antepasados hicieron y no es ninguna sorpresa que esto ocurra de nuevo en la actualidad.

No podemos hacer que la gente deje de emprender el viaje. Pero podemos exigir que cuando vengan aquí sea de manera ordenada y según las leyes de Estados Unidos.

Y permítanme decir esto de nuevo: Las acciones que anunciamos hoy, harán que las cosas vayan mejor, pero no arreglaran por completo el problema de la frontera. Hay mucho más por hacer, y expliqué eso en la primera semana que estuve aquí.

Ese trabajo no se hará hasta que el Congreso apruebe y financie un plan de inmigración integral como el que propuse el primer día. 

Hasta que el Congreso lo haga, yo actuaré en lo que pueda.

El pasado año, uní a 20 líderes de países del Hemisferio Occidental, jefes de Estado, para estabilizar la circulación de la migración, ampliar las vías legales a la inmigración y gestionar las fronteras con humanidad.

Los líderes del hemisferio se apoyan en iniciativas que lideré cuando era vicepresidente para ampliar la asistencia económica a países del norte de América Central para que la población de estos pudiera mejorar sus perspectivas económicas en sus países en lugar de salir hacia Estados Unidos.

Muchas personas prefieren quedarse en su país si pueden sostener a su familia, estar seguros, enviar a sus hijos a la escuela y tener una oportunidad.

No es que la gente, ya me han escuchado decirlo antes. No es como si la gente se sentara alrededor de una mesa en algún lugar de América Central y dijera: “Tengo una gran idea. Vendamos todo lo que tenemos.  Vamos a dárselo a un coyote, a un contrabandista.  Nos llevarán en un angustioso viaje de miles de kilómetros para llegar a Estados Unidos, luego cruzaremos ilegalmente la frontera.  Nos van a dejar en un desierto.  Y estaremos en un lugar donde no hablamos el idioma.  ¿Será eso divertido?”. No estoy bromeando.

Ahora, la vicepresidenta Harris lidera estas iniciativas para hacer las cosas mejor en los países de donde salen. Y gracias a su liderazgo ha podido generar más de 3.200 millones de dólares del sector privado para crear empleos y oportunidades en El Salvador, Honduras y Guatemala para ayudar a la población a quedarse en sus países de origen, donde estarán más seguros y tendrán más oportunidades.

También hemos establecido patrullas conjuntas de policía con México y Guatemala que comparten información en tiempo real sobre localidades que los contrabandistas utilizan para convencer a los grupos de migrantes de que crucen ilegalmente.

Eso es lo que hacen. Les despojan de sus ahorros o cualquier cosa que tengan para llevarlos en un viaje increíblemente peligroso.

Nuestros oficiales de la patrulla fronteriza se unen a patrullas mexicanas para detectar y hacer redadas de las operaciones de contrabando de personas. Esto ha dado lugar a más de 7000 arrestos de contrabandistas de personas tan solo en los últimos seis meses.

Y no se trata solamente de contrabando de personas en la frontera, estamos enfocados en reducir el contrabando de drogas que es un problema serio y mortal. Y prometí que intentaría hacer esto.

Mi administración ha designado financiación sin precedentes para agregar cientos de agentes adicionales de patrulla fronteriza e instalar nueva tecnología de última generación, como máquinas de rayos X, para detectar mejor drogas que son contrabandeadas en la frontera en grandes contenedores o de otras maneras.

Por ejemplo, desde agosto del pasado año, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza ha decomisado más de 20.000 libras del mortal fentanilo. Suficiente para matar a mil personas en nuestro país. El fentanilo causa la muerte.

La semana próxima viajaré a México donde me reuniré con el presidente López Obrador. Tenemos una amplia agenda que abarca desde la crisis climática hasta el desarrollo económico y otros asuntos. Una parte importante de esta agenda es fortalecer la frontera entre nuestros países.

Y visitaré la frontera yo mismo este domingo en El Paso para evaluar las operaciones de aplicación de la ley y reunirme con funcionarios locales y líderes comunitarios y las personas de la frontera que me dicen lo que necesitan que no tienen, y hacer público lo que concluyan que necesitan que no tienen para intentar convencer a mis colegas republicanos de que deben hacer algo.

Y sé que la migración está colocando a nuestras comunidades fronterizas en una auténtica difícil situación.

Vamos a proporcionar más apoyo a estas comunidades. Quiero agradecer a todos las organizaciones sin fines de lucro, grupos religiosos, líderes comunitarios y otros voluntarios que se han asegurado de que los inmigrantes vulnerables tengan lo que necesiten para sobrevivir, ya sean alimentos, ropa de abrigo, refugio o cuidados médicos justo a su llegada.

Estos grupos religiosos y cívicos representan lo mejor que la generosidad de nuestro país ofrece. Y son una potente respuesta a la hostilidad e incluso al odio que muchas personas enfrentan incluso al llegar aquí legalmente.

Permítanme concluir con esto: Nuestros problemas en la frontera no surgieron de la noche a la mañana y no se resolverán de la noche a la mañana. Es un problema difícil.

Y está claro que la inmigración es un asunto político que los republicanos siempre utilizan. Pero ahora tienen una opción. Pueden continuar utilizando la inmigración para sumar puntos políticos o pueden ayudar a resolver el problema y unirse para arreglar este sistema descompuesto. 

Antes del receso de fin de año del Congreso algunos demócratas y algunos republicanos en el Senado trataron de crear un plan integral para la inmigración.

Pero los líderes republicanos lo rechazaron, igual que rechazaron mi plan hace dos años y rechazaron mis solicitud reciente de 3.500 millones de dólares adicionales para asegurar y gestionar la frontera con más instalaciones para albergar a los migrantes, mejor transporte, fondos adicionales para contratar a 2000 nuevos funcionarios y personal de asilo y cien nuevos jueces de inmigración para adjudicar casos más rápidamente para las personas que vienen aquí, y mucho, mucho más.

Piénsenlo.  Quiero decir, si tuviéramos que tener 100 oficiales de inmigración más para asegurarnos de que somos capaces de importar algo que necesitamos urgentemente, no llevaría mucho tiempo conseguirlo, ¿verdad?  Estaría realmente hecho.  O, por el contrario, si hubiera bandas criminales llegando al país, quiero decir.

Pero cuando se trata de inmigración, parece que es un mejor tema para ellos que tratar de resolverlo.

Necesitamos más recursos para asegurar la frontera, y sin embargo los republicanos extremos dicen “no”. Muchos republicanos están de acuerdo en que debemos hacer algo. Es hora de dejar de escuchar su discurso provocador y hora de estudiar su historial.

Como siempre he hecho, me sentaré a hablar con cualquiera que de buena fe quiera arreglar nuestro descompuesto sistema de inmigración. Pero es difícil, aún en la mejor de las circunstancias. Pero si los republicanos más extremos continúan haciendo demagogia respecto a este asunto y rechazando soluciones, no me dejan opciones: Actuaré por mi cuenta en lo que pueda para intentar cambiar el entorno. 

La reforma de inmigración solía ser un asunto bipartidista y podemos hacer que sea así de nuevo. No es solamente lo correcto, sino que es lo inteligente económicamente. 

Es por lo que la reforma de inmigración recibe apoyo de todos, Piensen en esto ahora. Quiero recordar al público: La reforma migratoria tiene el apoyo de los sindicatos laborales de Estados Unidos, de líderes religiosos y hasta de la Cámara de Comercio de Estados Unidos.

Podemos asegurar la frontera y arreglar el sistema de inmigración para que sea ordenado, justo, seguro y humano.  Podemos hacerlo a la vez que mantenemos la llama de la antorcha de la libertad que ha llevado a generaciones de inmigrantes a Estados Unidos, mis antepasados y los de muchos de ustedes. 

Podemos hacer esto al recordar quienes somos. Me han escuchado decir esto millones de veces. Somos los Estados Unidos de América, y no hay nada más allá de nuestra capacidad si actuamos juntos. 

Y me han escuchado decirlo muchas veces también. Que Dios los bendiga a todos. Que Dios proteja a nuestras tropas.

Me detengo aquí. En unos pocos minutos el secretario Mayorkas les hablará en mayor detalle y responderá a sus preguntas en la sede del Departamento de Seguridad Nacional.

Así que quiero agradecerles su tiempo.  Y esto va a ser difícil de afrontar, pero tenemos que afrontarlo.  Quiero decir, nosotros, es lo que somos.

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