Antigua oficina de correos

Chicago, Illinois

11:58 A. M. CDT

EL PRESIDENTE:  Hola, hola, hola.  (Aplausos).  Muchas gracias a todos. 

Bob, gracias por esa presentación.  Bob me ha estado ayudando durante mucho tiempo.  Supongo que no tiene algo mejor. 

Y hablando de ayuda desde hace mucho tiempo, un tipo nuevo en la ciudad, al que le dije que ser alcalde creo que es el trabajo más difícil de los Estados Unidos.  Saben dónde vive, y cada vez que entra en  el supermercado le hacen preguntas. 

Pero felicidades, señor alcalde.  Creo que ha estado haciendo un buen trabajo.  (Aplausos).  Alcalde Brandon Johnson.

Miren, hay un tipo que me ayudó más que, puedo decir esto sin equivocarme, me ayudó más que nadie en los Estados Unidos a ser electo la última vez.  Una sola persona: su gobernador.  Dio un paso adelante.  Recaudó dinero.  Reunió apoyo.  Gobernador, usted es el mejor.  Gracias por ser tan buen amigo.  (Aplausos).  Lo digo en serio. 

Y me gusta pasar el tiempo con heroínas como Tammy Duckworth.  Tammy, Dios te ama.  Es la… es la mejor también, se lo digo. 

¿Pero saben qué?  Mi buen amigo Dick Durbin, y es un buen amigo; trabajamos juntos durante mucho, mucho tiempo en el Senado de los Estados Unidos: es el senador individual más eficaz para hacer las cosas.  Y eso no es una broma.  No es solo el Comité Judicial.  Se aseguró de que designáramos a más jueces, nosotros nombramos a más mujeres afroamericanas para el eje—, para la rama federal que cualquier otro, que todos los demás presidentes juntos.  (Aplausos).  Y consiguió a la primera y más brillante jueza Ketanji Brown.  Dije que iba a poner a una mujer negra en la corte, y él la puso en la corte por mí.  Él la puso en la corte por mí.

Dick, realmente, es el mejor hombre.  Y, por cierto, cuando tengo preguntas sobre, casi cualquier cosa, más allá del Comité Judicial, lo llamo para pedirle su consejo.  Así que gracias.

El representante Danny Davis.  Danny, has sido un buen amigo durante mucho tiempo.  (Aplausos).  Él siempre está ahí. 

Y a todos los funcionarios electos, miembros del Congreso, funcionarios electos aquí hoy: Gracias.  Gracias por la bienvenida, por darme la bienvenida a Chicago.

En el primer cuarto del siglo XX, el poeta Carl Sandburg describió a Chicago como una “ciudad de grandes hombros”.  Una “ciudad de grandes hombros”.  Estaba describiendo los “grandes hombros” de la ciudad estadounidense de clase trabajadora donde se estaba construyendo esta ciudad, al mismo tiempo que se construía la clase media.

Estoy aquí en Chicago hoy, para el primer cuarto del siglo XXI, para hablar sobre la visión económica de este país: la economía que hace crecer la economía de la mitad hacia afuera y de abajo hacia arriba en lugar de solo de arriba hacia abajo.  Cuando eso sucede, a todo el mundo le va bien.  A los ricos todavía les va bien (aplausos), a todos les va bien.  Las personas de bajos recursos tienen una escalera para ascender, y a los ricos les sigue yendo bien.  A todos nos va bien.

Esta visión es una ruptura fundamental con la teoría económica que le ha fallado a la clase media estadounidense durante décadas.  Se llama economía del goteo, economía fundamental, goteo.  La idea era… la creencia de que debemos reducir los impuestos para los ricos y las grandes corporaciones, y sé algo sobre las grandes corporaciones: hay más corporaciones incorporadas en Delaware que en ningún otro estado en la unión en su totalidad.  Quiero que les vaya bien, pero yo… estoy cansado de esperar el goteo.  No viene muy rápido.  No mucho goteó sobre la mesa de la cocina de mi papá mientras crecía.

Y existe la creencia de que debemos reducir la inversión pública en infraestructura y educación pública, reducirla; que deberíamos permitir que los buenos trabajos se envíen al exterior.  Y de hecho tenemos una política fiscal que los alienta a enviar los trabajos al extranjero para ahorrar dinero, que deberíamos permitir que las grandes corporaciones acumulen más poder mientras dificultan unirse a un sindicato.

Lo dije en serio cuando dije que voy a ser el presidente más pro-sindicato en la historia de los Estados Unidos.  Y no me disculpo por ello.  (Aplausos).

Mi predecesor, si mi madre estuviera aquí, y Dios bendiga su alma, mi predecesor promulgó la última versión de una teoría fallida.  Recortes de impuestos para los ricos que no se pagó, y el costo estimado de su reducción de impuestos fue de $2 billones.  Dos billones de dólares. 

Ahora los republicanos están de nuevo en esto, presionando por recortes de impuestos para las grandes corporaciones y los ricos, y sumar billones de dólares al déficit.  Billones. 

Amigos, permítanme decir esto lo más claramente posible: El efecto goteo le falló a la clase media.  Le falló a los Estados Unidos.  Explotó el déficit.  Aumentó la inequidad.  Y debilitó nuestra infraestructura.  Despojó la dignidad, el orgullo y la esperanza de las comunidades una tras otra, particularmente a través del medio oeste de nuestro país, el oeste de Pensilvania y hacia el oeste.

Las personas que trabajan tan duro como siempre no pudieron salir adelante porque es más difícil comprar una casa, pagar la educación universitaria, iniciar un comercio, jubilarse con dignidad.

Por primera vez en una generación, el camino hacia la clase media parecía fuera de su alcance.  Y no creo que sea una hipérbole; creo que es un hecho sin importar si eres demócrata, republicano o independiente. 

Sabía que no podíamos volver a las mismas políticas fallidas cuando me postulé, así que asumí el cargo decidido a cambiar la dirección económica de este país, a pasar de la economía del goteo a lo que todos en el Wall Street Journal y el Financial Times comenzaron a llamar “bidenomía”.

No se me ocurrió a mí el nombre.  (Risas).  Realmente, no. Ahora lo uso, pero ellos son los que lo usaron primero. 

Una miembro de la prensa me preguntó esta mañana, mientras subía al helicóptero en Washington, por qué: “Cuando le pregunté sobre bidenomía hace mucho tiempo, dijo que no sabía qué era”.  Dije: “Yo no lo llamé bidenomía.  No me di cuenta de que los economistas del Wall Street Journal lo hacían”.  Pero creo que es un plan que… me complace llamarlo “bidenomía”.  (Risas).  (Aplausos).

¿Y adivinen qué?  La bidenomía está funcionando.  Cuando asumí el cargo, la pandemia estaba en su apogeo y nuestra economía tambaleaba, las cadenas de suministro estaban rotas, millones de personas desempleadas, cientos de miles de pequeñas empresas a punto de cerrar después de que muchas ya habían cerrado, literalmente, cientos de miles a punto de cerrar. 

Hoy, los Estados Unidos han tenido la tasa de crecimiento económico más alta, liderando las economías mundiales desde la pandemia.  La más alta del mundo.  (Aplausos).

Como dijo Dick, con su ayuda creamos 13.4 millones de nuevos puestos de trabajo.  Más puestos de trabajo en dos años de los que cualquier presidente haya creado jamás (aplausos) en cuatro, en dos. 

Y, amigos, no es un accidente.  Eso es bidenomía en acción.  La bidenomía se trata de construir una economía desde el medio hacia afuera y desde abajo hacia arriba, no desde arriba hacia abajo.  Y hay tres cambios fundamentales que decidimos hacer con la ayuda del Congreso y pudimos hacerlos: primero, hacer inversiones inteligentes en Estados Unidos; segundo, educar y empoderar a los trabajadores estadounidenses para hacer crecer la clase media; y tercero, promover la competencia para reducir los costos para ayudar a las pequeñas empresas.

Esto es lo que quiero decir.  Según la economía del goteo, no importaba dónde se hicieran las cosas, siempre y cuando ayudara a los resultados de la empresa, incluso si eso significaba que los trabajos y las industrias se iban al extranjero por mano de obra más barata.  Las cadenas de suministro y los productos clave se trasladaron al extranjero, como China y gran parte de Asia.  Los pueblos y comunidades enteras, desde donde nací y todos los demás pueblos a través del Medio Oeste, fueron cerrados, vaciados.  Me refiero a literalmente vaciados.

En todo el país, los padres tienen que decirles a sus hijos, y muchos de ustedes y todos los funcionarios electos escucharon a la gente decir esto, tenían que decirles a sus hijos: “Cariño, perdí mi trabajo.  Ya no podemos vivir aquí.  Tenemos que mudarnos.

El goteo también significó recortar la inversión pública en cosas que ayudaron a impulsar el crecimiento a largo plazo y ayudaron a los Estados Unidos a liderar el mundo en innovación.  Solíamos invertir el 2 por ciento de nuestro producto interno bruto en investigación y desarrollo.  Cuando asumí el cargo, se había reducido al 0.7 por ciento.

Solíamos ser el número uno en el mundo en investigación y desarrollo.  Por eso éramos conocidos.  Ahora ocupamos el puesto número nueve en el mundo.  China, hace décadas, era la número ocho del mundo.  Ahora es la número dos del mundo.  Y otras naciones se están acercando rápidamente.

Solíamos tener la mejor infraestructura del mundo (carreteras, puentes, etcétera), pero luego caímos a la decimotercera inversión en infraestructura.  De dos a trece.  ¿Cómo se puede tener la mejor economía del mundo sin la mejor infraestructura del mundo?  ¿Cómo se lleva el producto de un lugar a otro?

Estuve en Pittsburgh recientemente, la “Ciudad de los Puentes”: puentes que se derrumban en todo el país.  Ustedes han visto los puentes de ferrocarril que se derrumban en la televisión. 

Bidenomía.  Lo estamos dando vuelta.  Apoyamos inversiones específicas.  Estamos fortaleciendo la seguridad económica de Estados Unidos, nuestra seguridad nacional, nuestra seguridad energética y nuestra seguridad climática.

Diseñé y aprobamos una Ley Bipartidista de Infraestructura.  Ya está anunciado… escuché a algunos de los oradores hablar sobre ello.  Ya se han anunciado 35.000 proyectos en todo el país.

Piénsenlo de esta manera: Hace casi un siglo, la Ley de Electrificación Rural de Franklin Roosevelt — Electrificación Rural — llevó electricidad a millones de estadounidenses en las zonas rurales de Estados Unidos.  Hace setenta años, Dwight Eisenhower lanzó el Sistema de Carreteras Interestatales, el proyecto de infraestructura más grande hasta la fecha en la historia.

Eso es lo que hace la Ley Bipartidista de Infraestructura.  Será para nuestros hijos y nietos, solo que más grande. 

Apenas la semana pasada, anunciamos nuestro plan para poner fin a una década de Internet inasequible e inaccesible y llevar Internet asequible de alta velocidad a todos los hogares de los Estados Unidos, a todas las pequeñas empresas de los Estados Unidos. 

Y para sorpresa de nadie, (aplausos), y para sorpresa de nadie, está trayendo conversos.  La gente se opuso enérgicamente, votando en contra cuando teníamos esto en marcha.  Decían esto va a “llevar a Estados Unidos a la bancarrota”. 

Bueno, hay un tipo llamado Tuberville de Alabama, un senador de Alabama, que anunció que se oponía enérgicamente a la legislación.  Ahora está aclamando su aprobación.  Esto es lo que dijo: Cita: “Es genial ver que Alabama recibe fondos críticos para impulsar los esfuerzos continuos de banda ancha”.  (Risas).   

(El presidente hace la señal de la cruz).  (Risas).

Estamos reemplazando cada tubería de plomo en este país y poniendo de nuevo nuestra sanidad, la salud de nuestros niños directamente (aplausos), 400.000 escuelas, 10 millones de hogares.  Estamos arreglando puentes que se están derrumbando, mejorando nuestra red eléctrica, renovando nuestros aeropuertos y puertos.

Y, Dick, tú eres, o uno de ustedes habló sobre eso, cuán importante es eso también para los Grandes Lagos. 

De todos modos, la semana pasada reabrimos la I-95, donde vivo.  Y vas por la costa este, es uno de los tramos más importantes de toda la costa este.  Bien, ¿adivinen qué?  Menos que, nosotros, un tipo que conducía un camión golpeó… derribó un puente completo, y todo, bloqueó cuatro carriles de la carretera. 

Fui allí y dije: “Vamos a lograr que esto, el proyecto número uno, se haga”.  Dentro de una semana de estar allí, dos semanas después de que sucediera, camiones cisterna que se estrellaron y causaron este paso elevado que tiene 150.000 vehículos que viajan todos los días y 14.000 camiones.

Es fundamental para nuestra economía.  Lo hicimos con trabajadores sindicalizados.  (Aplausos).  Cerramos todas las lagunas.  Usamos todos los productos estadounidenses, todos los materiales estadounidenses.  Utilizamos un proyecto de infraestructura federal, hecho en Estados Unidos.  Hecho en Estados Unidos.  No es un eslogan; en realidad está sucediendo.

Ya saben, cuando Roosevelt aprobó la legislación en los años 30 sobre la posibilidad de involucrar a los sindicatos, todo el mundo piensa que acaba de legalizar los sindicatos.  Dijo que deberíamos fomentar los sindicatos.  Había una pequeña disposición allí a la que muy pocos presidentes prestaron atención.  Decía: “Compre estadounidense”.  Eso significaba que, si el Congreso le daba dinero a un presidente para construir, digamos, una nueva cubierta en un portaaviones, o lo que fuera, se suponía que él o ella usaría mano de obra 100 por ciento estadounidense y productos 100 por ciento estadounidenses.  Rara vez sucedió.  Obtuvimos excepciones hasta el 30 por ciento, etcétera.

Cambié todo eso.  Ahora estamos invirtiendo en industrias clave del futuro, realizando inversiones específicas para promover la producción nacional de semiconductores, baterías, automóviles eléctricos y energía limpia.

Según la teoría económica del goteo, la inversión pública desalentaría la inversión privada.  Por favor.  (Risas).

Fuimos a ver muchas corporaciones importantes y dijimos: “¿Es más o menos probable que invierta si el gobierno invierte?”  De manera abrumadora, lo entendieron al revés, dijeron: “No, es más probable que invirtamos si el gobierno invierte”.

La inversión pública disminuyó aquí en casa.  Las industrias que inventamos comenzaron a trasladarse al extranjero, como los semiconductores.  Quiero recordarles: Estados Unidos inventó estos chips, pequeños chips de computadora del tamaño de la punta de un dedo que afectan casi todo en la vida, desde si el teléfono celular funciona, los automóviles funcionan, se pueden construir, los refrigeradores funcionan.  Sigue y sigue, y hasta sofisticados sistemas de armas.

Todo está en ese pequeño com… sin ese chip de computadora, tenemos un verdadero problema.  Pero con el tiempo, pasamos de producir el 40 por ciento de los chips del mundo al 10 por ciento.  Ya, no.

La economía de Biden significa que las industrias del futuro van a crecer aquí mismo en casa.  En casa.  (Aplausos).  Lo digo en serio.  No es una broma. 

Bajo la bidenomía, ya hemos tenido más de $490 mil millones en compromisos de inversión privada —$490 mil millones— de empresas estadounidenses y de todo el mundo que vienen a los Estados Unidos de América.

Trabajando con nuestros socios globales, las inversiones de los Estados Unidos en tecnología de energía limpia reducirán las emisiones de carbono y seguirán reduciendo el costo de la energía eólica; hablo de los parques eólicos de los que está hablando.  Ya saben, ya es más barato.  Las energías eólica y solar ya son significativamente más baratas que el carbón y el petróleo.  No van a ver a nadie construyendo una nueva planta a carbón en Estados Unidos, no solo porque me gustaría aprobar una ley para decir eso.  Es muy caro.  Ya no funciona.  La energía solar no está solo aquí sino en todo el mundo.

Y solíamos ser el centro de construcción de estos paneles solares.  Estamos volviendo y haciéndolo de nuevo.  Estados Unidos va a liderar de nuevo.  (Aplausos).

Miren, es una victoria para los Estados Unidos y una victoria para el mundo que se basa en mi decisión de volver a unirme al Acuerdo Climático de París el primer día que asumí el cargo.  El primer día.  (Aplausos).

Y, por cierto, mi predecesor habló mucho sobre aumentar la fabricación.  ¿Recuerdan la “Semana de la Infraestructura”?  La Semana de la Infraestructura se convirtió en Semana de la Infraestructura y semana y semana y semana y semana.  Nunca sucedió.  (Risas).

Terminamos la Década de la Infraestructura de inmediato.  (Aplausos).

Pero en realidad, la construcción de instalaciones de fabricación aquí en suelo estadounidense creció solo un 2 por ciento durante el período de mi predecesor en cuatro años.  Dos por ciento.  Bajo mi supervisión, ha crecido casi un 100 por ciento en dos años, un 100 por ciento (aplausos), con la ayuda de todos los miembros del Congreso que están aquí.  Y no estoy siendo solícito.

Miren, Weirton, Virginia Occidental: Donde cerró una planta siderúrgica a principios de este siglo, en 2001 o -02, en esos años.  Empleaba a miles… tenía miles de trabajos bien pagados que se perdieron.

Pero hoy, con la ayuda de la Ley de Reducción de Inflexión [sic] – Ley de Reducción de la Inflación, se está construyendo una nueva planta, construyendo baterías de hierro-aire, que ayudarán a almacenar energía.  Estas baterías van a ayudar a almacenar energía.  Y se está construyendo exactamente en el mismo sitio, trayendo de vuelta 750 empleos bien remunerados, trayendo de vuelta un sentido de orgullo y esperanza para el futuro, para todas las personas de Weirton y las áreas circundantes.

Creo que todos los estadounidenses dispuestos a trabajar duro deberían poder decir dónde crecieron y quedarse donde crecieron.  Eso es bidenomía.

Saben, mi papá solía tener una expresión.  Él decía: “Joey…”, y les doy mi palabra.  Él decía: mi padre era un tipo culto, nunca llegó a ir a la universidad y era un caballero trabajador. 

Cenábamos en — donde además conversábamos y además comíamos.  Mi papá solía decir: “Recuerda, un trabajo es mucho más que un cheque de pago”.  Y en verdad lo digo, les doy mi palabra.  Decía: “Un trabajo se trata de mucho más que un cheque de pago, Joey.  Se trata de la dignidad.  Se trata del orgullo.  Se trata de poder mirar a tu hijo a los ojos y decir: ‘Cariño, todo va a estar bien’”. 

Piénsenlo.  Me refiero al sentido literal, piénsenlo.  Se trata de la dignidad, de cómo los tratan y de poder ganarse la vida y poder decirles a sus hijos que todo va a estar bien.

La segunda gran parte de la bidenomía es empoderar a los trabajadores estadounidenses.

Cuando asumí el cargo, el desempleo superaba el 6 por ciento.  Con el Plan de Rescate Económico, hemos brindado ayuda y apoyo directamente a las familias de clase trabajadora.  Nuestra economía volvió con todo.  El desempleo cayó por debajo del 4 por ciento al final de mi primer año en el cargo.  Ahora ha estado por debajo del 4 por ciento durante el período más largo en 50 años en la historia de Estados Unidos.  (Aplausos).

Y debo admitir que me concentré en eso, pero hemos visto, con la ayuda del legado de Jesse Jackson y muchas otras personas aquí, hemos visto un récord de desempleo para los afroamericanos, un récord de desempleo para los trabajadores afroamericanos e hispanos con discapacidades. 

La tasa de desempleo más baja en 70 años para las mujeres estadounidenses, y ustedes constituyen la mitad de la economía y probablemente dos tercios de los cerebros.  (Aplausos).  No, de verdad, piénsenlo.

Para pausar por un segundo: Cuando estaba tratando de obtener… díganme un momento en el que pensaran que un demócrata obtendría el respaldo, cada aprobación, dentro de una semana, cada grupo ambientalista, la AFL-CIO, los grupos de mujeres. 

Quiero decir, este es el trato: Cuando me senté con la AFL-CIO, cuando me senté con la IBEW, comenzando cuando me postulé la última vez, dije: “Sin embargo, este es el trato: Voy a ser el presidente más proestadounidense, más prosindical de la historia, pero deben emplear a más mujeres, deben atraer a más afroamericanos y deben atraer a más minorías”.  Les toca a ellos ahora.  Está empezando a cambiar.  (Aplausos).

En todas las industrias, desde… de todos modos… voy a estos sitios donde están capacitando, por cierto, la otra cosa que les he dicho a los trabajadores: Tienen que presumir un poco más de lo que hacen. ¿Se dan cuenta de que para obtener una licencia para ser electricista en esta ciudad o en cualquier otra tienen que hacer esencialmente a cuatro años de universidad?  Tienen que pasar por un aprendizaje que lleva de cuatro a cinco años… para poder conseguir o no un trabajo.  Les pagan un poco, pero no pueden obtener la licencia para ser electricista, un electricista laboral, hasta que eso suceda.

Miren, la paga de los trabajadores de bajos salarios ha crecido al ritmo más rápido en más de dos décadas.  El pleno empleo significa que los trabajadores, especialmente los trabajadores con salarios bajos, tienen aún más poder de negociación para exigir buenos salarios y asegurar buenos empleos. 

Y esto es lo que no es consistente con si la gente piensa que nos estamos moviendo en la dirección correcta:  La satisfacción laboral, según todas las encuestas, está en su punto más alto en 36 años.  Más personas están satisfechas con sus trabajos que nunca en 36 años.

Y la porción [sic] de los estadounidenses en edad laboral en la fuerza laboral, la proporción de ellos… la proporción de ellos es la más alta en 20 años.  ¿Recuerdan lo que decían?  “La política de Biden no está funcionando.  Solo le está pagando a la gente para que no trabaje, gente marginada”.  Bien, ¿adivinen qué?  Todos los días en cuatro años antes de asumir el cargo, recordarán, recibí muchas críticas en mi presidencia.  Los republicanos me acusaron de animar a la gente a quedarse en casa y no trabajar.  Bueno, estaban equivocados.

La evidencia es clara: Los estadounidenses que han estado marginados han vuelto al trabajo y quieren volver.

Y vamos a continuar con este progreso asegurándonos de que todos los estadounidenses tengan la capacitación y la educación para participar en esta nueva economía.

Hemos aumentado las Becas Pell y realizado inversiones históricas en universidades afroamericanas históricas.

Hemos invertido más en aprendizajes matriculados y centros y programas de educación tecnológica profesional que cualquier administración anterior en la historia de los Estados Unidos.

Debido a esta nueva economía, no necesitamos que todos tengan un título de cuatro años.  Es genial si pueden conseguir uno; estamos tratando de facilitarles la obtención de uno.  Pero ya no lo necesitan para conseguir un trabajo bien pagado.

Piensen en esto: ¿Cuántos de ustedes recuerdan volver a la escuela secundaria y tener clases de taller, y tener clases donde las personas pueden aprender si estaban interesadas en trabajar con sus manos?  Ya no los tienen mucho, en ninguna parte del país.

Bueno, mi esposa enseña en un colegio comunitario, a tiempo completo, todavía.  Ella tiene una expresión; ella dice: “Cualquier país que nos supere en la competencia, que…”, discúlpeme, “que nos supere en educación nos superará en la competencia”.  No vamos a dejar que eso suceda.

Es por eso que estamos invirtiendo significativamente en educación.

Estoy decidido a seguir luchando por el prejardín de infantes universal y la universidad comunitaria gratuita.

También luchamos para que (aplausos)… también luchamos para que el cuidado de los niños sea más asequible porque sabemos que uno de los beneficios es que abre importantes oportunidades para que los padres puedan regresar y unirse a la fuerza laboral.  (Aplausos).

También estamos facilitando el empoderamiento de los trabajadores facilitando la afiliación a un sindicato. 

Como dije, prometí ser el presidente más sindicalista de la historia.  Y les digo a los líderes empresariales todo el tiempo: Nuestros trabajadores sindicalizados son los mejores del mundo.

Pasan de cuatro a cinco años como aprendiz.  Es como ir a la universidad.  Harán el trabajo correcto a tiempo.  Los costos a largo plazo para las empresas son menores.

Ya saben, abordar el declive de 40 años en la sindicalización mediante el apoyo a los acuerdos laborales de proyectos, la negociación colectiva, las leyes salariales vigentes, esa es la razón por la cual el apoyo de los sindicatos de los estadounidenses en la actualidad es más alto de lo que ha sido en 60 años, 60 años.  (Aplausos).

Y, por cierto, me reuní con Business Roundtable y otros.  Dijeron: “¿Por qué estoy tan a favor de los sindicatos?”  Y yo dije: “Porque les ayudan”.  Realmente lo hacen.  Piénsenlo.

El costo total de un proyecto importante disminuye cuando tienen a los mejores trabajadores del mundo haciéndolo.  No es una broma.  Es cierto.  Dura más.  No tiene que preocuparse por si ese enchufe va a funcionar.

Mire, los jóvenes se están organizando en nuevas empresas e industrias.  Saben, he — he indicado trabajo — a los líderes laborales que deben expandir sus filas.  Como decía: más mujeres, más minorías.  Eso es lo que tienen que hacer.

La tercera parte de la economía de Biden es promover la competencia.  Porque cuando las empresas tienen que competir en igualdad de condiciones, tienen que esforzarse más para atraer clientes, y contratar y volver a capacitar a los trabajadores.  Algunos de los empresarios aquí presentes lo saben bien.

Pero bajo la teoría económica del goteo hacia abajo, las tres cuartas partes de las industrias estadounidenses crecieron más con- — concencra- — quiero decir — discúlpenme — consagradas [concentradas].  Estoy pensando que no fui a misa.  (Risas).  Ellos c… se estaban moviendo para disminuir la competencia.

Bueno, eso puede haber facilitado cosas: facilitó las cosas para las grandes corporaciones.  Pero para todos los demás, lo hizo más difícil y más caro.  Se hizo más difícil para las pequeñas empresas de autobuses competir.  Sofocó la integración [innovación].  Redujo los salarios de los trabajadores.  E hizo que nuestras cadenas de suministro fueran más vulnerables.

Amigos, ese ha sido el plan republicano hasta ahora.  Bueno para las grandes empresas.  Malo para todos los demás.  Ya ni siquiera es tan bueno para las grandes empresas. 

Cuando asumí el cargo, era un plan muy diferente: una contertación [concentración] limitada de poder a expensas de los consumidores.  La policía está de vuelta haciendo cumplir las leyes antimonopolio.

Mi administración está trabajando para tomar medidas enérgicas contra lo que solíamos llamar “acuerdos de no competencia”.  Todavía los llamamos así. 

Estos evitan que 30 millones de estadounidenses, desde guardias de seguridad hasta trabajadores minoristas, crucen la calle para ir al mismo tipo de negocio y obtengan un salario más alto: 5 dólares más a la semana o 10 dólares más a la semana.

Acuerdos de no competencia.  Una cosa es tener acuerdos de no competencia cuando se trata de secretos comerciales.  Otra cosa es cuando estás haciendo lo mismo de voltear una hamburguesa, y vas a obtener cinco centavos más cruzando la calle a un lugar diferente. 

Nosotros también, hemos promovido y estamos apoyando a las pequeñas empresas.  Ya saben, la vicepresidenta Harris ha dado prioridad a brindar apoyo y capital a los propietarios de pequeñas empresas, incluidas las mujeres emprendedoras rurales, las minorías y las mujeres; incluso a través de un programa completamente nuevo que ya está ayudando a generar miles de millones de dólares en capital de crecimiento para pequeñas empresas en todos los estados.

Hemos visto un récord de 10.5 millones de solicitudes (10.5 millones de solicitudes) para personas que buscan iniciar una pequeña empresa solo en los últimos dos años: 10.5.  Cada una de esas solicitudes es una solicitud a la esperanza.  Esperanza.  

La competencia también significa reducir los costos para los consumidores.  Reducir la inflación sigue siendo una de mis principales prioridades.

Hoy, la inflación es menos de la mitad, menos de la mitad de lo que era hace un año, y esa inflación fue causada por Rusia, y por la guerra en Ucrania y por lo que estaba pasando.  Pero sabíamos que teníamos más que hacer. Hay más de una manera de reducir los costos.

Otra expresión que mi papá solía usar, de verdad, decía: “Joey…”, decía: “Al final del mes, la pregunta es, después de pagar todas tus facturas, ¿te queda un poco de dinero para estar tranquilo?”  Solo queda un poco para estar tranquilo.  Todas las facturas pagadas; ¿queda algo?

Bueno, la inflación se come eso obviamente.  Pero, ¿adivinen qué?  Reducir el costo de los medicamentos contribuye en gran medida a brindarles un poco más. 

Es por eso que, a través de la Ley de Reducción de la Inflación, finalmente le dimos a Medicare el poder de negociar precios de medicamentos recetados más bajos como lo hace ahora Veteran Affairs.  (Aplausos).

Tratamos de hacer esto, Dick y yo, durante décadas en el Senado.  Esta vez, finalmente vencimos a las grandes compañías farmacéuticas por primera vez.  (Aplausos).

Ya saben, el mismo medicamento fabricado por la misma compañía estadounidense vendido en Chicago es más caro que el mismo medicamento vendido en Toronto, Gran Bretaña, Inglaterra, Francia, Alemania, cualquier ciudad que puedan nombrar.  De verdad. 

Ahora, las personas mayores con Medicare están pagando hasta 400, menos, 4-, que el año pasado pagaban $400 al mes por insulina, ahora pagan $35 al mes.  (Aplausos). 

Porque, ¿adivinen qué?  ¿Saben cuánto cuesta hacer esa insulina?  Diez – DIEZ – dólares.  El empaque, tal vez 12 en total.  Y la persona que inventó la insulina ni siquiera pidió una patente porque quería que todos tuvieran acceso a ella.

Estamos terminando la primera ronda de negociación de los precios de los medicamentos, y este año ahorraremos a los contribuyentes $160 mil millones.  (Aplausos).  Eso es como una rebaja de impuestos. 

Reduce el costo de los medicamentos recetados y también reduce el déficit federal. 

Estamos ampliando la cobertura de atención de la salud para más estadounidenses sobre la base de la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio de Barack.  (Aplausos).  ¿Saben por qué estamos haciendo eso?  Estoy orgulloso de fortalecer esa ley, ahorrando a las familias promedio $800 al año en sus primas de atención de la salud.

También estamos luchando para acabar con las tarifas basura (“junk fees”).  La mayoría de las personas no piensan en ello de esa manera.  Bueno, esto es lo que es una tarifa basura: Pueden sumar hasta cien dólares al mes, cientos de dólares al mes para una familia.  Como esa tarifa adicional cuando dice: “Quiero que mi hijo se siente a mi lado cuando lo lleve a ver a su abuelo en la costa oeste”.  No está en la lista ahora.  Lo están enumerando ahora. 

Tarifas del complejo hotelero.  No se dan cuenta… no se lo dicen… conocen ese anuncio en la televisión: “El mío cuesta $200.  ¿El suyo $180”?  Bien, ¿adivinen qué? 

O lo… lo que más me molesta son los cargos por sobregiro de los bancos.  Los bancos ganan $7.7 mil millones al año en cargos por sobregiro.  Si tiene sobregiro en su cuenta corriente, recibe una multa. 

Es, uno de los principales presidentes de bancos, Dios lo ame, falleció, pero tenía un, tenía un yate.  El nombre del yate era “Sobregiro”.  (Risas).  Lo juro por Dios.  Bien, ¿adivinen qué?  No habrá más cargos por sobregiro.  (Aplausos).

Amigos, estamos haciendo esto, estamos haciendo todo esto, reduciendo el déficit al mismo tiempo.

Solo en mis primeros dos años en el cargo, mi equipo y yo hemos reducido el déficit en $1.7 billones, más de lo que cualquier presidente ha hecho en solo dos años.  (Aplausos). 

Y el acuerdo presupuestario que negocié, sin tener que relegar nada importante, redujo el déficit en otro billón de dólares.

Ya saben, revertir 40 años de economía republicana que ayudó a pocos pero perjudicó a la clase media, llevará algún tiempo.  Pero estamos en eso… pero estamos en un lugar donde algunas piezas grandes, y nos estamos moviendo en la dirección en la que podemos hacer más y la gente lo verá.

Lo que estoy haciendo, y sabía que tendría que hacer esto: Todas esas legislaciones importantes que aprobamos, la gente dice: “Eso es genial”.  Pero… lleva tiempo hacerlo.

Se necesita tiempo para que lo vean.  Y no estoy aquí para declarar la victoria sobre la economía.  Estoy aquí para decir que tenemos un plan que está cambiando las cosas increíblemente rápido. 

Pero tenemos más trabajo que hacer. Por ejemplo, ¿alguien aquí piensa que el sistema fiscal federal es justo?  Levanten la mano.  No importa cuánto dinero ganen.  Vamos a hacerlo justo al eliminar las lagunas para los comerciantes de criptomonedas y los administradores de fondos de cobertura.  Las grandes petroleras ganaron $200 mil millones el año pasado y obtuvieron una exención de impuestos de $30.000, una exención de impuestos de $30 mil millones.

Vamos a hacer que los multimillonarios paguen un poco, al menos un impuesto mínimo.  Ya saben, cuando nosotros, cuando comenzamos, había 750, antes de la pandemia, 750 multimillonarios en Estados Unidos.  Ahora hay mil.  ¿Sabe cuánto es su impuesto promedio? ¿Cuánto pagan en impuestos federales?  Ocho por ciento de impuestos.  Ningún multimillonario debería pagar una tasa impositiva más baja que un maestro de escuela, un bombero o un policía.  Quiero decir, esto es — (aplausos) —

Y no estoy hablando de los viejos tiempos del 70 por ciento de impuestos.  Estoy hablando de una oportunidad justa.  Si simplemente pagaran la tasa de impuesto máxima que existe ahora, que es inferior al 30 por ciento, recaudaríamos miles de millones y miles de millones de dólares, lo que reduciría el déficit y nos permitiría pagar por mucho más que tenemos que hacer.

Esa es la próxima fase de esta lucha: hacer que el código tributario sea justo para todos, hacer que los ricos, los súper ricos y las grandes corporaciones comiencen a pagar su parte justa, sin aumentar los impuestos a la clase media.

Me comprometí cuando me eligieron: Nadie en Estados Unidos que gane menos de $400.000 tendría que pagar un solo centavo más en impuestos federales mientras yo sea presidente.  (Aplausos).  Y he mantenido esa promesa.  Y $400.000 es mucho dinero en mi lugar de origen.

Déjenme cerrar con esto.  Vine… cuando asumí el cargo… tenía que tomar una decisión fundamental: ¿Vamos a continuar con la economía del goteo como política? Eso fracasó una y otra vez, hizo crecer la desigualdad, llevó los empleos al extranjero, creó, y lo han visto aquí, ciudades vacías.

Competí con la promesa de que iba a terminar con esto y que comenzaría a construir una economía desde el centro hacia afuera y de abajo hacia arriba.  No vamos a continuar por el camino del goteo mientras yo sea presidente.  Este es el momento en el que finalmente haremos una ruptura y nos alejaremos de la economía que ha existido en una dirección fundamentalmente diferente.

Aquí está la simple verdad sobre la economía del goteo: No representaba lo mejor del capitalismo estadounidense, y mucho menos a los Estados Unidos.  Representó un momento en el que nos alejamos, y cuántos en este país, de cómo, cómo se construyó este país, cómo se construyó esta ciudad.

La bidenomía es sobre el futuro.  La bidenomía es solo otra forma de decir: Restaurar el Sueño Americano porque funcionó antes.

Tiene sus raíces en lo que siempre ha funcionado mejor en este país: invertir en los Estados Unidos, invertir en los estadounidenses.  Porque cuando invertimos en nuestra gente, fortalecemos a la clase media, vemos crecer la economía.  Eso beneficia a todos los estadounidenses.  Ese es el Sueño Americano.

Cuarenta años de goteo limitaron ese sueño en, para aquellos… excepto para aquellos en la parte superior.  Muchos durante demasiado tiempo aparentemente han sugerido que solo está disponible si se tiene un título universitario de cuatro años y puede trabajar en un centro tecnológico.

Estas nuevas fábricas que se están abriendo, estas fábricas que se están abriendo para semiconductores, sin un título universitario, van a ganar de $100.000 a $130.000 al año trabajando en esas fábricas (aplausos), de $100.000 a $130.000 al año. 

Bueno, creo que todos los estadounidenses dispuestos a trabajar duro deberían poder conseguir un trabajo sin importar dónde se encuentren, en el corazón, en pueblos pequeños, en cada parte de este país, para criar a sus hijos con un buen salario y mantener las raíces donde crecieron.  Eso es bidenomía.

Creo que la filosofía económica no va a restaurar el Sueño Americano que tenemos ahora, esa filosofía.  Pero esta nueva lo logrará.  Y va a ayudar, y creo que va a ayudar a disminuir la división en este país al unirnos de nuevo.  Hace que sea terriblemente difícil hacer demagogia en algo cuando está funcionando, aunque lo hacen todo el tiempo.

Durante mucho tiempo he dicho, y lo digo en serio, que estuve en la meseta tibetana con Xi Jinping.  Viajé 17,000 millas con él.  He hablado con él más que con cualquier otro jefe de .estado porque todo comenzó cuando yo era vicepresidente y el presidente Hu era presidente y él era vicepresidente.  Sabíamos que era un éx… que iba a tener éxito. 

No era apropiado que Barack pasara ese tiempo con él, pero yo… pasé mucho tiempo con él.  Me reuní solo con él, solo él y yo y un intérprete simultáneo, 68 veces, 68 horas, 68 veces, más de 68 horas.  Por cierto, entregué todas mis notas.  (Risas).

Pero, y esta es la verdad de Dios, me preguntó, estábamos en la meseta tibetana, y me preguntó, dijo: “¿Puedes definir los Estados Unidos para mí?”  Dije: “Sí, en una palabra”, y lo decía en serio, “posibilidades”.  Posibilidades.

Somos una tierra de posibilidades.  Y le dije: Nunca ha sido una buena apuesta apostar contra los Estados Unidos.  Nunca.  (Aplausos).

Y honestamente, puedo decir honestamente que nunca he sido más optimista sobre el futuro de los Estados Unidos.  Lo juro por Dios.  Nunca he sido más optimista.  Solo tenemos que recordar quiénes somos.  Somos los Estados Unidos de América.

No hay nada, nada fuera de nuestra capacidad si trabajamos juntos.

Entonces, Dios los bendiga a todos.  Y que Dios proteja a nuestras tropas.  Gracias, gracias, gracias.  (Aplausos).

12:35 P. M. CDT

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