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The White House
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MENSAJE SEMANAL: El Congreso tiene que ir hacia delante y no hacia atrás con respecto a la reforma de Wall Street

THE WHITE HOUSE

Oficina del Secretario de Prensa

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EMBARGADO HASTA LAS 6:00 AM ET, del SÁBADO, 19 de mayo, 2012

MENSAJE SEMANAL: El Congreso tiene que ir hacia delante y no hacia atrás con respecto a la reforma de Wall Street

WASHINGTON, DC—En su mensaje de esta semana, el Presidente Obama discutió la reforma de Wall Street que éste estableció para proteger a los consumidores, hacer que Wall Street se rija por el mismo conjunto de reglas, y garantizar que los contribuyentes nunca más sean los responsables del comportamiento irresponsable en Wall Street que casi destruyó nuestro sistema financiero y le costó a la economía millones de empleos.  Aunque los Republicanos en el Congreso todavía están intentando dilatar y desmantelar estas reformas críticas en Wall Street, el Presidente Obama continúa exhortando al Congreso para que termine de implementar las reformas de manera que podamos evitar correr riesgos excesivos y contribuir a crear una economía construida para que perdure.

El audio y el vídeo de este mensaje estarán disponibles en línea en obamawhitehouse.archives.gov a las 6:00 a.m. ET, del sábado, 19 de mayo, 2012.

Comentarios del Presidente Barack Obama

Mensaje Semanal

La Casa Blanca

19 de mayo, 2012

Durante los últimos tres años y medio, hemos estado luchando por salir de una crisis económica histórica; ésta fue ocasionada por la impresionante irresponsabilidad por parte de algunos individuos en Wall Street que usaron nuestro sistema financiero como si fuese un casino.  Ese comportamiento no solo casi destruyó el sistema financiero, sino que le costó a nuestra economía millones de empleos, perjudicó a las familias de la clase media, y dejó a los contribuyentes cargando el muerto. 

Desde entonces, hemos recuperado dinero de los contribuyentes que se usó para estabilizar los bancos con problemas.  Y hemos establecido la reforma de Wall Street que contiene reglas de juego más prudentes, más estrictas, y de sentido común que tienen un propósito principal: impedir que otra crisis como ésta suceda en otra oportunidad.  Y, no obstante, durante los últimos dos años, demasiados Republicanos en el Congreso y un ejército de cabilderos de la industria financiera de hecho han estado sosteniendo una lucha tenaz por dilatar la reforma deWall Street, retirarle el apoyo financiero y desmantelarla. 

Recientemente, nos hemos dado cuenta por qué no podemos permitir que esto suceda.  Descubrimos que un grave error en uno de nuestros mayores bancos resultó en una pérdida de dos mil millones de dólares.  Aunque ese banco puede resistir una pérdida de esa magnitud, es posible que otros bancos no hubieran podido hacerlo.  Y, sin la reforma de Wall Street, podríamos habernos encontrado con que los contribuyentes estuvieran nuevamente pagando por los errores cometidos en Wall Street.

Por eso es que es tan importante que los miembros del Congreso apoyen la reforma, y no luchen en contra de ella; porque no podemos permitirnos regresar a una era de regulaciones débiles y poca supervisión, en la que el exceso de riesgos corridos en Wall Street y la falta de supervisión básica en Washington casi destruyeron nuestra economía.  No podemos permitirnos regresar a esa clase de economía en la que ‘cada cual se vale por sí mismo’.  Ciertamente, no después de que el pueblo estadounidense ha luchado tanto por salir de esta crisis. 

Tenemos que continuar yendo adelante.

Tenemos que terminar el trabajo de implementar esta reforma y establecer estas reglas.

Estas nuevas reglas estipulan que, si uno es un banco o institución financiera grande, se requiere tener más efectivo en caja de manera que, si se toma una mala decisión, uno es el que paga por ella y no los contribuyentes. 

Se requiere que uno redacte un“testamento vital” que detalle cómo será el proceso de liquidación de las operaciones si, de hecho, uno fracasa. 

La nueva ley despoja a los directores ejecutivos fracasados de los grandes bonos y días de cobro, al tiempo que les concede a los accionistas opinar sobre los salarios ejecutivos. 

Y, por primera vez en la historia de nuestra nación, hemos establecido un vigilante de los consumidores cuya única función es velar por los intereses de las familias trabajadores protegiéndolas contra las prácticas engañosas e injustas.

De manera que, salvo que uno maneje una institución financiera cuyo modelo de negocios esté basado en engañar a sus clientes, o en hacer apuestas riesgosas que podrían perjudicar la economía completa, uno no tiene nada que temer a la reforma de Wall Street.  Efectivamente, ésta desincentiva a los bancos e instituciones financieras grandes a hacer apuestas riesgosas con el dinero garantizado por los contribuyentes.  Y los exhorta a hacer cosas que realmente ayuden a la economía, tales como otorgarles préstamos a empresarios que tengan buenas ideas, a las familias de la clase media que deseen comprar una casa, y a los estudiantes que quieran cursar estudios superiores. 

De eso se trata la reforma de Wall Street; de fortalecer esta economía para ustedes.  Y vamos a continuar esforzándonos: por recuperar todos los empleos perdidos debido a la recesión; por construir una economía en la que el trabajo duro y la responsabilidad se recompensen nuevamente; por restablecer un país en el que todo el mundo tenga una oportunidad justa, en el que todos hagan lo que les corresponde hacer, y en el que todo el mundo se rige por las mismas reglas.

Creo que el mercado libre es una de las mayores fuerzas para el progreso en la historia de la humanidad; que los negocios son el motor del crecimiento; que debemos admirar a los innovadores y a los que corren riesgos.  Sin embargo, creo también que, en el mejor de los casos, el mercado libre nunca ha sido una licencia para tomar lo que uno desee, sin tenerse en cuenta cómo lo hace.  Conjuntamente con nuestro espíritu empresarial e individualismo robusto, EE.UU. solo prospera cuando cumplimos nuestras obligaciones con los demás, así como con las generaciones futuras.

Si están de acuerdo conmigo, háganselo saber a sus miembros del Congreso. Pídanles que inviertan menos tiempo en esforzarse por socavar las reglas que existen para proteger la economía, y que inviertan más tiempo esforzándose realmente en fortalecer la economía.  Muchas gracias y que disfruten del fin de semana.