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El mismo jueguito de Washington de echar culpas

Summary: 
Se ha comentado mucho por Internet y en la prensa tradicional sobre nuestra respuesta a diversos críticos del Presidente, específicamente el ex Vicepresidente Cheney, quien ha figurado con frecuencia desde el incidente del día de Navidad.

Se ha comentado mucho por Internet y en la prensa tradicional sobre nuestra respuesta a diversos críticos del Presidente, específicamente el ex Vicepresidente Cheney, quien ha figurado con frecuencia desde el incidente del día de Navidad. Pienso que todos estamos de acuerdo en que debe haber un debate franco sobre estos temas, pero es revelador que el Vicepresidente Cheney y otros parecen estar más concentrados en criticar a la Administración que en condenar a los agresores. Desafortunadamente, muchos de ellos están participando en el típico jueguito de Washington de echar culpas y sacar partido político, en vez de trabajar juntos para encontrar soluciones que hagan que nuestro país esté más seguro.

En primer lugar, es importante que el contexto fundamental esté claro: siete años después del 11 de septiembre, mientras que nuestra seguridad nacional se centraba predominantemente en Irak –un país sin presencia alguna de Al Qaida antes de nuestra invasión– Osama bin Laden y los líderes de Al Qaida pudieron asentarse en la región de la frontera entre Pakistán y Afganistán, donde continuaron planeando atentados contra Estados Unidos. Mientras tanto, Al Qaida también se regeneró en lugares como Yemen y Somalia, y estableció nuevos refugios que han crecido con el tiempo. Fue el Presidente Obama quien finalmente implementó una estrategia para llevar a su fin la guerra en Irak, y de hecho, concentrar nuestros recursos en la guerra contra Al Qaida, con lo que se aumentó a más del doble el número de nuestros soldados en Afganistán y se forjaron alianzas para combatir los refugios de Al Qaida en Yemen y Somalia. Y en menos de un año, ya hemos visto que se ha eliminado a muchos líderes de Al Qaida, se ha robustecido nuestras alianzas y se ha aumentado la presión contra Al Qaida en todo el mundo.

En pocas palabras: este Presidente no está interesado en la retórica belicosa; se concentra en la acción. Siete años de retórica belicosa no pudieron reducir la amenaza de Al Qaida, pero sí lograron dividir a este país. Y parece extrañamente fuera de lugar ahora, en un momento en que nuestro país está bajo ataque, que el arquitecto de esa política esté criticando al Presidente.

En segundo lugar, el ex Vicepresidente hace la afirmación claramente falsa que el Presidente –quien es el Comandante en Jefe de este país– debe percatarse de que estamos en guerra. Pienso que nadie está más consciente de este hecho que el Presidente Obama. En su discurso de investidura, el Presidente dijo que “nuestra nación está en guerra contra una red de violencia y odio de gran alcance”. En un discurso reciente, John Brennan, asesor presidencial sobre terrorismo y seguridad nacional, dijo “Más bien, como el presidente ha dejado en claro, estamos en guerra contra Al Qaida, que nos atacó el 11 de septiembre y asesinó a 3,000 personas. Estamos en guerra contra sus violentos y extremistas aliados que procuran poner en práctica los planes asesinos de Al Qaida.

Éstos son los terroristas que destruiremos; éstos son los extremistas que venceremos”. En West Point, el Presidente le dijo a la nación por qué “es vital para nuestros intereses nacionales” el envío de 30,000 soldados estadounidenses adicionales a librar la guerra en Afganistán, y añadió que como Comandante en Jefe, “veo de primera mano las terribles consecuencias de la guerra”. Y en Oslo, al aceptar el Premio Nóbel de la Paz, el Presidente dijo, “Estamos en guerra, y soy responsable por mandar a miles de jóvenes a pelear en un país distante”.

Hay muchas otras declaraciones públicas similares que afirman específicamente que estamos en guerra. La diferencia es ésta: el Presidente Obama no necesita golpearse el pecho para probarlo, y –a diferencia del último gobierno– no estamos en guerra contra una táctica (“el terrorismo”); estamos en guerra contra algo que es tangible: Al Qaida y sus violentos y extremistas aliados. Y continuaremos esa guerra mientras el pueblo estadounidense esté en peligro.

Dan Pfeiffer es director de comunicaciones de la Casa Blanca