Salón Este

EL PRESIDENTE:  Buenas tardes. En el día de hoy, más temprano, fui informado por nuestras máximas autoridades militares y líderes de seguridad nacional respecto al estatus de la extracción de las fuerzas de Estados Unidos y los Aliados de Afganistán.

Cuando anuncié nuestra salida en abril, dije que nos habríamos ido para septiembre, y estamos encaminados a cumplir dicha meta.

Nuestra misión militar en Afganistán concluirá el 31 de agosto. La salida procede de manera segura y ordenada, dando prioridad a la seguridad de nuestras tropas al marcharse. 

Nuestros mandos militares me asesoraron que, una vez tomara la decisión de terminar la guerra, debemos movernos con agilidad para llevar a cabo los principales elementos de la extracción. Y en este contexto, la velocidad implica seguridad.

Y gracias a la manera en que hemos implementado nuestra extracción, no se ha perdido ni un efectivo de las fuerzas estadounidenses ni de otras fuerzas. Llevar a cabo nuestra salida de modo diferente habría conllevado un aumento del riesgo a la seguridad de nuestro personal.  

Para mi, esos riesgos son inaceptables. Y nunca hubo duda alguna respecto a que nuestros ejércitos llevarían a cabo esta tarea con eficiencia y el más alto nivel de profesionalismo. Eso es lo que hacen. Y lo mismo es cierto respecto a nuestros aliados de la OTAN y los asociados que han apoyado, están apoyando, y apoyándonos también, al ir concluyendo su extracción..  

Quiero ser claro: La misión militar de Estados Unidos en Afganistán continúa hasta finales de agosto. Permanecemos, tenemos personal y capacidades en el país, y mantenemos alguna autoridad, perdón, la misma autoridad bajo la que hemos estado operando durante algún tiempo.

Como indiqué en abril, Estados Unidos hizo lo que fuimos a hacer en Afganistán: capturar a los terroristas que nos atacaron el 11 de Septiembre y  hacer justicia con Osama Bin Laden, así como degradar la amenaza terrorista para que Afganistán no se convirtiera en una base desde la que pudieran continuar los ataques contra Estados Unidos. Logramos esos objetivos. Por eso fuimos.

No fuimos a Afganistán para construir el país. Y es el derecho y la responsabilidad del pueblo afgano solamente el decidir su futuro y como desean gestionar su país.  

Juntos, con nuestros aliados de la OTAN y asociados, hemos capacitado y equipado a más de tres…, cerca de 300.000 miembros actuales del ejército, de la Fuerza Nacional de Seguridad Afgana, y muchos más que ya no están activos. Agreguen a esto los cientos de miles más de la Defensa Nacional Afgana y las Fuerzas de Seguridad que han recibido capacitación durante las últimas dos décadas.

Proporcionamos a nuestros socios afganos todas las herramientas, permítanme hacer hincapié en esto, todas las herramientas, capacitación y equipamiento de cualquier ejército moderno. Proporcionamos armamento avanzado. Y vamos a continuar proporcionando financiación y equipo. Y nos aseguraremos de que tengan la capacidad para mantener su fuerza aérea.

Pero lo más crítico, como subrayé en mi reunión de hace tan solo dos semanas con el presidente Ghani y el presidente del consejo Abdullah, los líderes afganos tienen que unirse y dirigirse hacia un futuro que el pueblo afgano desea y se merece.

En nuestra reunión también aseguré a Ghani que el apoyo de Estados Unidos al pueblo de Afganistán será duradero. Continuaremos proporcionando asistencia civil y humanitaria, incluso defendiendo los derechos de las mujeres y las niñas.

Tengo la intención de mantener nuestra [presencia] diplomática en Afganistán, y estamos coordinando muy de cerca con nuestros socios internacionales para continuar asegurando el aeropuerto internacional.

Llevaremos a cabo una diplomacia determinada para perseguir la paz y un acuerdo de paz que terminará con esta violencia sin sentido.

He pedido al secretario de Estado Blinken y a nuestro representante especial para la reconciliación de Afganistán que trabajen vigorosamente con las partes en Afganistán, así como con las partes interesadas a nivel regional e internacional para apoyar una solución negociada.  

Para ser claros, para ser claros: Los países en la región tienen un papel esencial que desempeñar en el apoyo a un acuerdo pacífico. Trabajaremos con ellos, y deben ayudar a incrementar sus esfuerzos también.  

Continuaremos trabajando por la liberación de estadounidenses detenidos, incluso Mark, perdón, Fre- Frerichs, quiero pronunciar su nombre correctamente; lo dije mal.., para que pueda volver con su familia a salvo.

También continuaremos asegurándonos de ayudar a los nacionales afganos que trabajaron junto a las fuerzas de Estados Unidos, incluyendo a intérpretes y traductores, puesto que no vamos a tener militares allí después de esto, no vamos a necesitarles y se quedarán sin trabajo, van a ser vitales para nuestros esfuerzos para que ellos, que han sido muy esenciales, y para que sus familias no estén expuestos al peligro.

Ya hemos acelerado sustancialmente el procedimiento para los visados especiales de inmigrante para traerles a Estados Unidos.  

Desde que tomé posesión del cargo el 20 de enero ya hemos aprobado 2.500 visados especiales de inmigrante para venir a Estados Unidos. Hasta ahora, menos de la mitad han ejercido su derecho a hacerlo. La mitad se han subido a aviones y vuelos comerciales y la otra mitad piensa que quieren quedarse, al menos de momento.

Estamos trabajando en estrecha colaboración con el Congreso (de Estados Unidos) para cambiar la legislación de autorización para poder agilizar el proceso de aprobación de esos visados. Y para que miles de afganos que han defendido la operación y sus familias sean reubicados físicamente antes de que la misión militar de Estados Unidos concluya, para que si así lo deciden, puedan esperar a salvo fuera de Afganistán mientras se procesan sus visados estadounidenses.

La operación ha identificado instalaciones de Estados Unidos fuera del territorio continental de Estados Unidos así como en terceros países para albergar a los aliados afganos, si lo eli-, si lo eligen. Y empezando este mes, vamos a iniciar vuelos para re-, reubicar a los solicitantes de Afganistán de visados especiales de inmigrante y a sus familias que decidan marcharse.

Tenemos una persona de contacto en la Casa Blanca y en el equipo de trabajo dirigido por el Departamento de Estado para coordinar todos estos esfuerzos.

Pero nuestro mensaje para estas mujeres y hombres es claro: Hay un hogar para ustedes en Estados Unidos si así lo deciden y estaremos con ustedes como ustedes estuvieron con nosotros.

Cuando tomé la decisión de terminar la participación militar de Estados Unidos en Afganistán, estimé que continuar luchando en esta guerra indefinidamente no favorecía al interés nacional de los Estados Unidos de América. Tomé esta decisión con la visión clara, y todos los días soy informado de las actualizaciones en el campo de batalla.

Pero para aquellos que han argumentado que debemos quedarnos solamente seis meses más o solamente un año más, les pido que consideren las lecciones de la historia reciente.

En 2011, los aliados de la OTAN y los asociados acordaron que terminaríamos nuestras misiones de combate en 2014. En 2014, algunos argumentaron, “un año más”, así que continuamos luchando y acumulando bajas. En 2015, lo mismo, y así sucesivamente.

Los casi 20 años de experiencia nos han mostrado que la actual situación de seguridad solamente confirma que “solamente un año más” de lucha en Afganistán no es una solución sino una receta para estar allí indefinidamente.

Corresponde a los afganos tomar las decisiones sobre el futuro de su país.

Otros son más directos. Su argumento es que debemos estar con los afganos, en Afganistán indefinidamente. Al hacerlo indican el hecho de que este pasado año no hemos tenido bajas, y así dicen que el costo de tan solo mantener el statu quo es mínimo.

Sin embargo esto no toma en cuenta la realidad y los hechos que ya estaban presentes en el terreno en Afganistán cuando me incorporé al cargo: El Talibán tenía la mayor fuerza mil- la mayor fuerza militar desde 2001.

La cantidad de efectivos estadounidenses en Afganistán ha sido reducida al mínimo. Y Estados Unidos en la pasada administración, hizo un acuerdo de que -con el Talibán de extraer todas nuestras fuerzas para el 1 de mayo de este pasado, de este año. Eso es lo que heredé. Ese acuerdo es el motivo por el que el Talibán ha cesado ataques importantes contra las fuerzas estadounidenses.

Si en abril, hubiera en vez anunciado que Estados Unidos iba a- a dar marcha atrás respecto a ese acuerdo realizado por la administración pasada – [que] Estados Unidos y las fuerzas aliadas estarían en Afganistán en el futuro por venir, el Talibán habría empezado de nuevo a atacar nuestras fuerzas.

El statu quo no era una opción. Quedarnos hubiera implicado bajas entre las tropas estadounidenses; hombres y mujeres estadounidenses en medio de una guerra civil. Y hubiéramos corrido el riesgo de tener que enviar más tropas a Afganistán para defender a las tropas que quedaran.

Una vez que ese acuerdo con el Talibán se había hecho, quedarse con una fuerza mínima ya no era posible.

Así que permítanme preguntar a aquellos que querían que nos quedáramos: ¿Cuántos más, cuántos miles más de hijos e hijas estadounidenses están dispuestos a arriesgar? ¿Cuánto tiempo les harían quedarse?

Ya tenemos miembros de nuestros ejércitos cuyos padres lucharon en Afganistán hace 20 años. ¿Enviarían a sus hijos y nietos también? ¿Enviarían a sus propios hijos e hijas?

Tras 20 años, un billón de dólares gastado en capacitación y equipamiento de cientos de miles de miembros de la Seguridad Nacional Afgana y las Fuerzas de Defensa, 2.448 estadounidenses muertos, otros 20.722 heridos, e incontables miles regresando a casa con traumas invisibles en su salud mental… No enviaré a otra generación de estadounidenses a una guerra en Afganistán sin expectativa razonable de lograr un resultado diferente.

Estados Unidos no puede permitirse continuar atado a políticas que dan una respuesta al mundo como este era hace 20 años. Tenemos que cubrir las amenazas donde están hoy día.

Actualmente la amenaza terrorista se ha expandido más allá de Afganistán. Así que estamos reposicionando nuestros recursos y adaptando nuestra postura de antiterrorismo para cubrir las amenazas donde son significativamente mayores ahora: en el sur de Asia, Oriente Medio y África.

Pero no se equivoquen: nuestros ejércitos y líderes de la comunidad de inteligencia tienen confianza de tener las capacidades para proteger nuestro territorio nacional y nuestros intereses de cualquier desafío terrorista que resurja, emerja o emane de Afganistán.

Estamos desarrollando una capacidad antiterrorista más allá del horizonte que nos permitirá mantener la vista firmemente fija en cualquier amenaza directa a Estados Unidos en la región y actuar rápidamente y de manera defensiva de ser necesario.

También tenemos que centrarnos en apuntalar las fortalezas esenciales de Estados Unidos para abordar la competencia estratégica con China y otros países que verdaderamente va a determinar -determinar nuestro futuro.

Tenemos que derrotar a COVID-19 en el país y en todo el mundo, asegurarnos de estar mejor preparados para la próxima pandemia o amenaza biológica.

Debemos establecer normas internacionales para el espacio cibernético y el uso de tecnologías emergen- emergentes.

Necesitamos emprender acciones concertadas para luchar contra las amenazas existenciales del cambio climático.

Y seremos más formidables ante nuestros adversarios y competidores a largo plazo si luchamos las batallas de los próximos 20 años, no de los últimos 20 años.

Por último, deseo reconocer el increíble sacrificio y dedicación que el personal militar y civil de Estados Unidos ha realizado al prestar servicio en Afganistán junto con nuestros aliados y asociados durante las dos décadas pasadas.

Deseo rendir homenaje a lo que significa lo que han logrado y al gran riesgo personal que han encontrado, y el increíble costo para sus familias: perseguir la amenaza terrorista en uno de los terrenos mas escabrosos del planeta, y he estado en casi todo ese país; asegurar allí que no haya habido otro ataque a nuestro territorio nacional desde Afganistán durante los últimos 20 años, eliminar a Bin Laden.

Deseo darles las gracias a todos por su servicio y la dedicación a la misión que tantos de ustedes han dado, y por los sacrificios que ustedes y sus familias han hecho durante el largo curso de esta guerra.

Nunca olvidaremos a los que dieron la última medida de la devoción por el país en Afganistán, ni a aquellos cuyas vidas han sido alteradas sin medida por heridas sufridas durante el servicio a su país.

Estamos terminando la guerra más larga de Estados Unidos, pero siempre, siempre rendiremos homenaje al valor de los patriotas estadounidenses que en ella prestaron servicio.

Que Dios les bendiga, y que Dios proteja a nuestras tropas. Gracias.

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