Uno de los derechos más importantes de los ciudadanos estadounidenses es el sufragio — el derecho al voto. Inicialmente bajo la Constitución, sólo los hombres blancos mayores de 21 años podían votar. Esta vergonzosa injusticia se ha corregido y el derecho al voto se ha extendido varias veces durante el curso de nuestra historia. Hoy en día, no se le puede negar el derecho al voto a ningún ciudadano mayor de 18 años por motivos de raza, religión, discapacidad u orientación sexual. En todos los estados, excepto en Dakota del Norte, los ciudadanos deben inscribirse para votar y las leyes del proceso de inscripción varían en cada estado.

El camino hacia el derecho al voto para todos los ciudadanos estadounidenses fue largo y a menudo desafiante. Inicialmente, el sufragio se extendió a las personas afroamericanas bajo las enmiendas XIV y XV de la Constitución, aprobadas durante el periodo de reconstrucción posterior a la Guerra Civil. Estas enmiendas estipularon que todos los ciudadanos hombres, sin importar su raza, deben recibir un trato igualitario bajo la ley y que no se les puede negar sus derechos sin el debido proceso legal. La enmienda XV está destinada concretamente a proteger el derecho al voto de todos los ciudadanos, sin importar su raza.

En términos prácticos, este no fue el final de la lucha por el derecho al voto para las personas afroamericanas. Debido a la discriminación generalizada en muchos estados, incluyendo el uso de los impuestos al sufragio, las cláusulas de anterioridad, las pruebas de alfabetización y otros medios más violentos, las personas afroamericanas no tuvieron garantizado el derecho básico al voto hasta que el presidente Lyndon Baines Johnson firmó la Ley de Derecho al Voto en 1965.

A las mujeres se les negó el derecho al voto hasta 1920, cuando se ratificó la enmienda XIX de la Constitución. Antes de esto, las mujeres sólo habían podido votar en ciertos estados.

Las elecciones federales ocurren cada dos años, el primer martes después del primer lunes de noviembre. Todos los miembros de la Cámara de Representantes y casi un tercio de los miembros del Senado deben ser reelegidos en cada año de elecciones. Las elecciones presidenciales se llevan a cabo cada cuatro años.

Los gobiernos estatales y locales administran las elecciones federales, y los detalles específicos de cómo se llevan a cabo las elecciones varían en cada estado. La Constitución y las leyes de los Estados Unidos les conceden a los estados amplia libertad sobre la forma en la que administran las elecciones.

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